Todas las enfermedades son crueles, pero creo que el alzheimer es una de las más duras y crueles, ya no solo para quienes la padecen, sino para los y las que están a su lado y ven como día a día de forma irremediable ésta se adueña de quiénes quieren.
Hasta el 10 de octubre, los viernes, sábados y domingos a partir de 14€ podéis ir a La Sala Mirador, a ver esta obra basada en el primer libro del actor Juan Margallo, Vivir del aire.
Y me preguntó yo...
voy a cumplir dentro de poco 82 años
(revisando el texto, he de decir que ya había cumplido 77 cuando empecé)
y me planteó cuál es la razón que me animo a narrar
estas anécdotas
cuando sé que no servirá para nada.
Tal vez la risa que me da el tratar de contar mis recuerdos más alejados sea suficiente.
Mucho de lo que ocurrió parece no solo mentira,
sino que nunca sucedió
de lejano que queda.
Y no es lo más lejano lo más difuso;
sino que, muchas veces,
cosas más cercanas en el tiempo son las más borrosas
de la memoria.
Eso tiene la memoria:
se acuerda de lo que le parece,
sin saber muchas veces por qué:
y hay años que parecen meses,
y días que parecen años
y sin saber por qué... porque sí.
Siempre me ha gustado contar historias,
y algunas las tengo tan contadas
que, seguro, parecerán más literatura
que trozos de realidad.
Un cuadro puede ser realista o abstracto,
un reflejo de la realidad,
pero ni la fotografía recoge exactamente
lo que la casa fue.
Y no es una advertencia de lo que se cuenta aquí sea real,
porque lo digo tal y como lo recuerda,
aunque no estoy seguro
de que sucediera exactamente cómo lo cuento.
Estos versos hablan por sí solos, así que si os gusta el teatro, creo que este monólogo os va a gustar. Yo os debo ser sincera, aunque de momento económicamente no me puedo permitir muchos lujos, en el fondo me daría un poco de respeto ir a verla, porque todavía tengo muy presente el alzheimer de mi yaya.
Muchos besos rinconeros y rinconeras ya disfrutar el fin de semana :) :) :) :) :)
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