Ambientada en los años 80, el matrimonio Warren: Ed y Lorraine deberán afrontar un nuevo caso que se presenta con un hombre, Arne Cheyne Johnson, que es acusado de asesinato tras haber sido poseído por un demonio.
De nuevo Vera Farmiga y Patrick Wilson se han vuelto a poner en la piel de los Warren, para en mi opinión rizar el rizo de una pareja que tiene unos "poderes" de ver seres digamos "malignos" de los que nos tienen que salvar al resto de los mortales.
Sinceramente esperaba algo más de miedo y eso que algún otro grito me salió y veía determinadas escenas a través de los agujeros del abanico, pero creo que esta Saga o matrimonio debería poner fin a estos casos donde como en este tercer episodio se nos ha mostrado que las huellas del mal son muy fuertes y tienes que desgastarte por completo para poder luchar contra ellas y ayudar a un inocente que no estaba siendo dueño de sí mismo para determinadas actuaciones delictivas.
En esta última foto os dejo una de las mis escenas favoritas de esta tercera entrega, por su tensión, su pánico y que oye un niño siempre en algo tan siniestro impresiona más.
Conocer personas que pueden tener las mismas o mejores cualidades que los Warren la verdad es que asusta, pero dentro de todo os voy a dar un par de consejos para verla si queréis este fin de semana al cine a verla:
1. Verla en inglés, nosotros en casa la vimos en unos cines del Centro que se ven las películas en versión original.
2. No esperéis nada de ella, porque así os sorprenderá o decepcionará, según los gustos y los estómagos de cada persona.
Muchos besos rinconeros y rinconeras, y ahora sí que sí, me despido de vosotros y vosotras hasta mañana, con la triste noticia del fallecimiento de toda una señora: Doña Pilar Bardem, que la Tierra la sea leve.
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