Ocho capítulos muy muy flojos: Luis Miguel

Al igual que hace dos años casi me comí la primera y esperaba única temporada de la serie Luis Miguel, debo admitir que la segunda temporada me ha parecido, floja, sosa y como falta de esos ingredientes sorpresivos y hasta diría macabros de la primera. Me da pena reconocer que la serie tenía más vida cuando vivía el padre del cantante, encarnado de forma magistral por Óscar Jaenada.

Se ha tratado de explorar las dificultades que enfrentó Luis Miguel para balancear su vida familiar y profesional. Ha estado ambientada en los años 90 y principios del 2000, con la gran explosión de su fama y la relación del cantante con su primera hija, Michelle.

Lo mejor de la temporada sigue siendo la interpretación casi calcada de Diego Boneta y el trabajo de caracterización que hay detrás. Como clava los gestos, el cuerpo, la voz, la expresión corporal... Pero es que esos viajes en muchos momentos sin sentido, me han hecho perderme, y hasta os diría aburrirme.

La verdad es que en mi humilde opinión, yo hubiera dejado la serie por todo lo alto en el final de la primera temporada, pero detrás de la estrella de la canción de la que yo de muy niña me compraba todos sus discos, hay una vida muy triste y es que dicen que el dinero no da la felicidad, y en el caso de Luis Miguel lo vemos claramente.

¿Visteis la primera temporada? ¿Habéis visto la segunda? ¿Opináis como yo?

Según leí en el Instagram de Diego Boneta, habrá una tercera y espero que con ella un digno final, a un formato valiente en el que Luis Miguel ha dado su aprobación para mostrar al público algunos aspectos de luces y sombras de su vida.

Muchos besos rinconeros y rinconeras y espero que hayáis disfrutado del fin de semana. ¿Qué habéis hecho?

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