Han pasado unos meses desde que El Hierro se viese agitada por una serie de asesinatos que acabaron resolviéndose con un culpable de lo más inesperado, dejándonos a todos y todas de piedra. Candela sigue empeñada en resolver el caso del narcotráfico que involucra al empresario Díaz, que temiendo represalias de sus antiguos socios, se niega a colaborar.
Sin embargo, eso no evitará que alguien envíe un sicario para terminar con él... y este es el punto de partido del nuevo misterio del "thriller". La jueza se verá afectada por un conflicto familiar que le afectará como ningún otro en su carrera, el de las hijas de Gaspar y Lucía, un matrimonio roto que lucha por la custodia de Ágata y Dácil, sus dos hijas, sin pensar en lo mejor para ellas ni en el daño que les puede causar su enfrentamiento. El conflicto, además trascenderá el hogar de los implicados, dividiendo la isla en dos y acabará siendo el detonante de un asesinato con muchos posibles sospechosos y sospechosas.
Un final que yo he vivido con pena, pero también con agradecimiento, porque una buena historia no se merecería miles de temporadas que la quemarán y dejarán un mal recuerdo. Como dice el refrán "lo bueno si es breve, dos veces bueno".
LO MEJOR DE ELLA:
- Candela Peña que es hipnótica, te la crees y contra ese magnetismo solo queda disfrutar.
- La trama del ex matrimonio que lucha por la custodia de sus hijas al principio me pareció de relleno, pero claro es que iba de poquito a poquito, haciendo saltar toda la isla por delante y entremezclando personajes y tramas que te hacen vibrar.
- Esos paisajes que forman parte del reparto, como un personaje más.
- Díaz y esa relación que tiene con la jueza, uno de los mayores aciertos.
- Cuando nada te esperas, todo te sorprende.
- El final, sin estridencias, sin grandes sobresaltos, como quien no quiere la cosa.
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