El pasado 6 de enero en la Gala anual en Barcelona, se leyó el fallo del ganador o ganadora del Premio Nadal de este año que ha ido a parar a manos de Najat el Hachmi, una activista y escritora feminista que en este rincón he tenido sentada en alguna ocasión. Una mujer valiente, que ha tenido que luchar mucho por poderse dedicar a lo que ella soñaba y dejando muchas cosas y personas en el camino debido a la religión en la que nació.
Según leí esta noticia en internet me llamó la atención el siguiente texto: "No podía quedar al margen del Premio Nadal que en este momento la igualdad por los derechos de las mujeres y la identidad de éstas es una de las grandes batallas del S. XX". Y la verdad es que me quedo de piedra ante estas palabras porque estoy segura que tanto la ganadora del Nadal como María Barbal, que recibió el Premio Josep Pla, lo han conseguido por sus méritos y porque los libros e historias llegan, no porque estén de moda las mujeres.
La gran diferencia es que estamos viviendo un momento en que deseo que las editoriales apuesten más por historias escritas por mujeres donde las protagonistas sean éstas, cosa que hace unos años era impensable, porque aunque la mayoría de la población española lectora es femenina, yo no se a vosotras pero los libros que me leía no me sentía para nada identificada en las mujeres que en ellas salían, ni que tratará temas que a mi me interesarán. Esa es para mi la gran diferencia, que a base de mucho esfuerzo y sacrificio, las mujeres se han ido abriendo un camino que por supuesto no van a dejar que se cierre.
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