El declive del que fue el gran imperio ruso: El jardín de los cerezos

Escrita por Chejóv en 1903 pero publicada en 1904, el primer libro que comparto en este 2021, al que le pido que no se parezca en nada a su antecesor, muestra el declive de lo que fue el gran imperio ruso, donde unos o unas tenían todo y el resto de la población vivía en la absoluta pobreza, lo que luego terminó explotando con la revolución de 1917.

Como dice el refrán "No hay peor ciego que el que no quiere ver" y en este caso las clases más pobres rusas ya venían avisando de las condiciones esclavistas que padecían en las fábricas y el hambre que tenían pegadas a sus pieles. La obra de hoy, El jardín de los cerezos, navega entre esa alta clase rusa, que comienza a endeudarse y que no veía o no quería ver lo que le va a venir, porque vivían en ese mundo de fiestas, joyas... todo ello aderezado por un precioso jardín, que da título al libro.

Durante ese período previo a la revolución, los hijos que habían sido esclavos se enriquecían y tenían lugar una inversión de papeles que ponía en entredicho la forma de vida de las clases adineradas tradicionales.

Los aristócratas ven peligrar la hacienda familiar en donde se encuentra un famoso y bello jardín de cerezos, pues está a punto de ser rematado.

Con ánimos de ayudar, un comerciante cuyos padres sirvientes de la familia, ve que nadie toma una decisión seria y propone salvar la hacienda convirtiéndola en un centro vacacional, lo que implicaría un reacondicionamiento de la finca y tala del jardín.

Y he aquí la gran poesía de la obra, la tala de esos árboles como el declive de una familia que en otra época fue adinerada, y que algunos de sus miembros ni ven su decadencia ni hacen nada para remediarla.

Pocas cosas me salen decir para animaros a leerla. Os encontraréis ante una obra densa en cuanto a la multitud de diálogos y personajes, pero muy simple en cuanto al mensaje que transmite.

Leerla y me contáis que os ha parecido ¿Vale?

Este pasado año conseguí uno de los retos que llevaba mucho tiempo persiguiendo, llegar a los 40 libros leídos, pero claro una pandemia, un ERTE y un confinamiento han hecho que lo haya podido conseguir e inclusive superar, por lo que estoy muy feliz. Y no por la cantidad que es meramente simbólica sino por todas las historias que han pasado por mis manos y que me hacen seguir aprendiendo y disfrutando de cada segundo de vida.

Muchos besos rinconeros y rinconeras y espero veros mañana con mucho más, porque este año va a seguir habiendo muchos post y cositas que me va a encantar compartir :) :) :) :) :)