Hace unas horas os hablaba del papel de las mujeres en el cine, y no quería dejar pasar este día sin compartir una de las últimas películas que he tenido la oportunidad de ver, basada en uno de los libros de la literatura inglesa más famosos de la historia, Cumbres borrascosas.
Una versión del año 1939 protagonizada por Merle Oberon y Laurence Olivier.
Eso sí, para verla hay que dejar muy de lado el libro, porque en poco o en nada se parecen, solo lo toman como referencia.
Perdido en medio de una tormenta de nieve en un rocoso páramo inglés, un extranjero que se topa con Cumbres Borrascosas, la lúgubre mansión del misterioso Hethcliffm un hombre tan torturado por un amor frustrado que ha perdido el deseo de vivir.
Mientras la tormenta ruge en el exterior, el fatigado caminante escucha fascinado la triste historia del desesperado amor de Heathcliff y Cathy.
Cuando Hethcliff volvió a buscarlo, después de una larga ausencia intentando hacer fortuna, Cathy ya se había casado con un joven de la alta sociedad. El desengaño destrozó el alma de Hethcliff, pero no logró apagar el fuego de una pasión inextinguible que arderá sus entrañas por toda la eternidad.
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