Las críticas que he leído de ella en la página de filmaffinity la destrozan, pero a mi esta adaptación de La Cenicienta me encanta, porque es dulce, es trabajada y muestra sobre todo que la magia en los cuentos y muy a pesar de la niña que un día fui, no existe, para abrirle paso a historias reales, con mujeres reales.
Se nos traslada a la Edad Media, donde la pequeña Danielle, huérfana de madre, ha encontrado en los libros y en el amor de su padre el refugio ideal pero la trágica muerte de éste la deja, aún niña, en manos de una madrastra obsesionada en casar a su hija con el alocado Príncipe Henry.
No lo puedo negar, lo que más me enamora de la historia, es ese amor a los libros que se desprende desde el principio hasta el final con esos hermanos creadores de cuentos conociendo la supuesta verdad de quién fue Cenicienta y si de verdad existió.
Sí, la película desprende mucho azúcar, pero es que entretenida, jovial, dulce y Drew Barrymore está para comérsela, así que por supuesto que os la recomiendo, porque los años la siguen tratando muy bien.
Muchos besos rinconeros y rinconeras y espero veros mañana en nueva semana del mes de agosto, madre mía, agosto...
:) :) :) :) :)
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