Maestría del gran maestro: Mi hija Hildegart

No me voy a cansar jamás de decir, que la persona que más me sorprende es mi chico, un hombre de apariencia tranquila y bonachona que guarda en ese cuerpo y mente una inteligencia y una cultura que cada día me deslumbra más. 

Resulta que cuando le estaba comentando hace unos días, el post que tenía preparado para hoy sobre Hildegart Rodríguez -espero que lo hayáis leído- me comentó que hacia unos días había escuchado un podcast sobre ella, su historia, su vida, su asesinato, y como yo, había visto, que Fernando Fernán Gómez había hecho una película sobre el juicio a su madre.

¿Quieres que la veamos este fin de semana Mi hija, Hildegart? 

Madrid, 1933. Tras haber asesinado a su hija Hildegart, Aurora Rodríguez, se entrega a la justicia. En la cárcel, rememora las circunstancias que la movieron a cometer un crimen tan atroz. En su primera infancia, Aurora Rodríguez, testigo de frecuentes desavenencias matrimoniales y de la indiscutible superditación de las mujeres a los hombres, concibió la idea de tener una hija a la que educaría para que se consagrara a luchar por la liberación de la mujer.

Buscó un hombre sano, inteligente y que aceptará renunciar a la paternidad de la niña. Hildegart, resulta ser tal y como su madre la había imaginado: siendo casi una niña ingresó en el Partido Socialista, a los 16 años, tras concluir la carrera de Derecho, empezaba medicina, y ya escribía artículos y libros.

A los 18 años era ya muy popular en los círculos intelectuales y revolucionarios. Y esa edad, una madrugada su madre la mató, de cuatro tiros, uno de ellos en la cabeza para cerciorarse de que moría.

Trata sin pudor para la época -hay que recordar que estaba recién muerto el dictador- de temas como:

- La sexualidad

- La libertad de la mujer

- La enfermedad mental...

Lo importante de la película es que no busca la paranoia como justificación del asesinato, la mata porque sí, porque la considera de su propiedad y como tal la trata.

Es un guión muy interesante mostrando los orígenes de Aurora y dando pequeños fogonazos de esa relación entre madre e hija.

¿Soy a la única a la que se le cae la baba con Amparo Soler Leal? Me sorprendió y gusto esa frialdad y amor maternal enfermizo, cruel y dominante que desprende.

Como mujer feminista que soy, defiendo el derecho de las mujeres a ser malas y asesinas, sin buscar caminos o artificios, dejando de lado el paternalismo y las justificaciones a sus actos, sino juzgadas como cualquier otro ser humano.

¿Dónde la vimos? Pues en el Canal Flix Olé, por 3€ al mes, podéis disfrutar de un catálogo de cine español redondo, de ayer, de hoy y de siempre.

Muchos besos rinconeros y rinconeras y recordar Hildegart Rodríguez

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