Y ahí estaba esa mini Natty, con miedo porque en esa época esos tres Reyes me daban pavor, y también agachándome despacito al suelo a por algún caramelo.
Por aquellos años, además en mi barrio, el día 5, venían los Reyes por la mañana a la Junta Municipal y a los niños y niñas que íbamos a verlos nos daban un regalo.
Os puedo asegurar que después de tantos años y siendo consciente de los muchos y mágicos secretos que esconde la Navidad, no ha habido un solo año que me haya perdido nuestra cabalgata.
Un barrio en el que se crió mi madre, en el que se ha criado mi familia, en el que me he criado yo, y en el que mi chico y yo vamos sembrando piedrita a piedrita nuestra familia. Por eso me ha hecho feliz poder vivir una tarde de risas, ilusión, gritos de guerra, bailes, carreras y caramelos.
Como podéis ver en el cartel hemos terminado el recorrido en la Junta Municipal, donde sus Majestades han leido su discurso y atendido a algún niño o niña que todavía no haya echado su carta en los buzones, pero ya sabéis ellos son mágicos y pueden conseguir muchas cosas.
Desde que era niña vivo esta fecha con ilusión y nervios, da igual los años que pasen, nuestros niños y niñas interiores los debemos alimentar y dejarlos vivir dentro nuestra porque sería como perdernos a nosotros o nosotras mismas.
Yo cuido a esa Natalia, la protejo y la dejo salir cuando le apetece porque sino no sería yo.
Yo cuido a esa Natalia, la protejo y la dejo salir cuando le apetece porque sino no sería yo.
Me veo mañana sin poder pestañear del cansancio, pero mientras tanto hoy, he gozado porque los niños y niñas se merecen todo el esfuerzo y la caminata.
¿Sabéis que ha sido lo mejor de esta tarde?
Poderlo vivir en familia porque así somos los Pérez vamos haciendo camino al andar juntos y juntas.
Poderlo vivir en familia porque así somos los Pérez vamos haciendo camino al andar juntos y juntas.
:) :) :) :) :)
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