Después de una mañana intensa en la plaza de Ópera de Madrid en un acto organizado por MásMadrid, titulado Ganas de Más Feminismo, en donde mujeres de la esfera política -Manuela Carmena, Clara Serra y Rita Maestre- y la sociedad civil han expuesto sus preguntas y respuestas en cuanto a lo que se refiere al Ayuntamiento y Comunidad de Madrid, quiero dejar hasta el final de este post a la política de lado, para centrarme en la tercera temporada de una serie que quiero sentar en este caluroso sábado madrileño
En las primeras temporadas hemos ido viendo los primeros pasos de la reina junto con sus marido, interpretado por Tom Hughes, del que me declaro devota.
Pero hoy 11 de mayo siento a la última, la tercera temporada -que también por cierto descubrimos por casualidad- porque llevábamos tiempo sin mirar si había vuelto. Y la verdad es que ha sido toda una sorpresa, porque capítulo a capítulo nos va enseñando la historia de Inglaterra vista y sentida por ella, la reina.
Pone su punto de comienzo en el año 1848, lo más cercano que Gran Bretaña llegó a una revolución en el S. XIX. Toda Europa se está cayendo a pedazos:
- el rey francés ha sido derrocado
- hay disturbios en Berlín...
Y ante todo esto Victoria y Albert están aterrorizados.
Con la famosa Gran Exposición del Príncipe Alberto en 1851 acercándose, he leído y comparto textualmente: "creo que podemos decir que son seguridad que no vamos a poder perder a Albert en esta serie.
Es un momento realmente interesante porque Victoria solo quiere el amor de su gente. Es casi como una estrella infantil que ha crecido con este afecto y amor, cuando se retira, esta vacía y no sabe para qué sirve . Pero Albert piensa -de forma muy adecuada, justa y conveniente- que ser monarca no es necesariamente para darles a las personas lo que quieren, sino lo que necesitan".
Vemos una nueva faceta en la serie, la del conflicto entre el matrimonio que no esconden ni para la intimidad de la alcoba, sino que lo hacen a los ojos de todo el mundo, incluyendo una hermana desconocida de la reina, Teodora, que creará tensión en la Casa Real, y también se sumará a los numerosos conflictos de la pareja.
Uno de los grandes aciertos que siempre ha tenido esta serie, y que esta tercera temporada se refuerza, es la alternancia entre la vida en Palacio con la vida de los ciudadanos y las ciudadanas que pasaban por una hambruna y unas enfermedades vistas con distancia desde la Corte.
No se si habéis visto la serie, pero además de recomendaros esta tercera temporada, os invito a verla entera, porque esta muy bien ambientada tanto artística como históricamente hablando.
Es imposible despedirme de vosotros y vosotras sin antes recordar a la figura de Alfredo Pérez Rubalcaba, que ayer falleció en Madrid, y da igual los colores o la ideología, hoy debemos mirar hacia arriba y dar las gracias a un hombre que con su trabajo, constancia y lucha consiguió algo importantísimo en este país, que es vivir sin miedo ni terror.
Muchos años dedicados a la política y nuestro país, un hombre firme y fuerte y el que estoy segura que la historia le dará el lugar que se merece. La última persona del PSOE en quién confié fue en él y con él se va un socialismo puro y decente de un hombre que supo cual era su lugar tanto en primera línea como cuando se fue volviendo a sus orígenes, dar clases en la Universidad.
Desde este rincón mostrar mi cariño y afecto a su familia y amig@s y volver a reiterar mis gracias, porque gracias a él vivimos tranquilos y tranquilas. Descansa en paz Alfredo y que la tierra te sea leve.
:) :) :) :) :)
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