lunes, 4 de febrero de 2019

Caerte, enredarte, buscar la verdad... La hija del relojero

 Después de un fin de semana de cine, quiero comenzar esta semana compartiendo como me gustan dos cosas:


- Seguir recordando los regalos que me dejaron este año los Reyes cuando pasaron por mi casa.

-Y por supuesto, comenzar una nueva semana -la primera del mes de febrero- con una nueva novela que me termine hace tan solo unos días.

Hace unos años, quizá unos seis, mi tía Diana me recomendó una novela de una autora inglesa que a ella la había impresionado y gustado, pero desde ese Jardín olvidado no solo han pasado los años, sino que año a año a esas nubes de misterio, esos viajes al pasado y ese descubrir la verdad hacen que la lectura sea un viaje increíble a través de Inglaterra y sus campos.

Por eso que gusta comenzar la semana con La hija del relojero, la última novela de Kate Morton, la cuál sin prisa pero sin pausa he ido desgranando, haciendo esos viajes astrales y descubierto que conexión hay entre unos personajes y otros.


¿Mi nombre verdadero? Nadie lo recuerda
¿Los sucesos de aquel verano? Nadie más los conoce

En el verano de 1862, un grupo de jóvenes artistas, guiados por el apasionado y brillante Edward Radcliffe, viaja a Birchwood Manor, una casa de campo en Berkshire. Tienen un plan: vivir los siguientes meses recluidos y dejarse llevar por su inspiración y creatividad. Sin embargo, cuando el verano toca a su fin, una mujer ha muerto de un disparo y otra ha desaparecido, se ha extraviado una joya de valor incalculable y la vida de Edward se ha desmoronado.

Unos 150 años más tarde, Elodie Winslow, una joven activista de Londrés, descubre una cartera de cuero que contiene dos objetos sin relación aparente: una fotografía en sepia de una muer de gran belleza con un vestido victoriano y el cuaderno de bocetos de un artista en el que hay un dibujo de una casa de dos tejados en el recodo de un río.

¿Por qué ese boceto de Birchwood le resulta tan familiar a Elodie? ¿Y quién es hermosa mujer que aparece en la fotografía? ¿Le revelará alguna vez sus secretos?

De nuevo a través de voces a lo largo del tiempo, es la historia de un asesinato, un misterio y un robo, una reflexión sobre el arte, la verdad y la belleza, el amor y las pérdidas.

He leído en sus sinopsis que por sus páginas fluye como un río la voz de una mujer ya libre de las ataduras del tiempo y cuyo nombre ha caído en el olvido: Birdie Bell, la hija del relojero, la única persona que vio todo lo sucedido.


Una de las cosas que me han vuelto a fascinar de esta novela ya no solo es el misterio como os decía al comienzo de este post, o esos viajes entre varios pasados (ahí la gran novedad) y la actualidad, sino que una vez más Morton recurre a su Inglaterra para transportarnos por su cultura, campos, ciudades, ríos... haciendo de ella, una protagonista más de la historia.

Esa forma en que la verdad se esconde o se olvida, y como una presencia constante quiere que se sepa, porque no hay nada más purificador y reparador que la verdad, es una constante y otra de las cosas que me han fascinado de ella.

Mis teorías sobre el final se han desmontado, porque en los pequeños e insignificantes detalles se encuentra lo que será esa gran verdad que sale abrupta en su comienzo.

No se si lo habéis leído, pero por supuesto que os lo recomiendo porque Kate Morton siempre es una buena elección, y en serio merece la pena leerla y disfrutarla.

Muchos besos rinconer@s y para comenzar la semana os recomiendo que veáis la entrevista de ayer a James Rhodes en el Chester con Risto Mejide. Yo no pude verla porque se me fue la televisión, pero lo primero que he hecho nada más levantarme es verla, sufrirla y pensar en que hay esperanza en que las leyes cambien gracias a gente como Rhodes que es capaz de compartir algo tan doloroso para que los niños y niñas de él no sufran lo que él padeció.

:) :) :) :) :)

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