* Alegría de haber cogido vacaciones porque realmente creo que las necesitó tanto mental como físicamente. Ha sido un curso largo, cansado pero lleno de hechos que ha hecho que cada segundo haya merecido la pena vivirlo, sentirlo, palparlo.
* Tristeza, porque el año escolar sin darme cuenta se ha terminado, y aunque siempre prevalece lo bueno, la tristeza está ahí porque ¿Qué pasará?
Pues yo os digo lo que pasará, desde hace dos días soy indefinida en el trabajo de mi vida, con las mejores compañeras de trabajo soñables y en el sitio que deseaba desde que era muy jovencita, Mensajeros de la Paz.
Ya compartí hace unas semanas que tengo clavada todavía después de tantos años la primera imagen del padre Ángel en una hambruna tremenda en Argentina, y como ese hombre con esa ONG de la que yo nunca había oído hablar, Mensajeros de la Paz iba a arrimar el hombro para que en la medida de sus posibilidades poder aliviar el hambre y el dolor que vivíA un país tan rico como Argentina.
Y esa primera vez se quedo marcada a fuego y que hizo que con el paso de los años el sueño de conocer al Padre y poder colaborar con su ONG fuera un objetivo en la mente.
Con el paso de los años y el volver a estudiar, jamás imaginé que un email mandado a mi querida Lucía me iba a cambiar la vida de forma radical. Una mujer que cambió el rumbo de mi vida laboral dándome esa primera oportunidad que casi todas las personas vamos luchando, confiando en mi y dándome el respaldo que esta mujer que se sienta hoy necesitaba.
Con la inesperada marcha de nuestra Lucía, llegó mi jefa, y me dio la nueva oportunidad de confiar en mi en un momento en que el bache era de los peores que he tenido en los últimos años. Me volvió a dar la confianza, el respaldo y el cariño que ha hecho que hoy 28 de julio después de casi tres años entre idas y venidas pueda compartir con vosotr@s que soy indefinida en mi trabajo.
Una noticia inesperada para mi pero que ha llenado mi vida de alegría, felicidad y muchas lágrimas, porque no encontraba consuelo cuando el miércoles me lo notificó, mi amiga, mi compañera... una mujer que en el peor momento de mis últimos meses la llamé en sus vacaciones de Navidad y no dudo en echarme una mano y estar pendiente de la persona que sabía que yo más quería, mi yaya. Por eso y mil detalles más mi jefa es una persona a la que adoro.
Y que poder decir de pensar que voy a poder seguir compartiendo espacios, trabajo, esfuerzo y sonrisas con mis compañeras, a las que considero una familia laboral que ha sabido estar a mi lado cuando las he necesitado (vaya mes y medio han vivido a mi lado de nervios e insomnio), unas mujeres fuertes que hacen del trabajo diario una balsa de alegría. Tanto ellas como todas las personas que han ido pasando por nuestro centro de las cuáles se va quedando un poso de aprendizaje eterno, además de poder seguir manteniendo con algunas el contacto, la amistad el corazón.
Por eso me siento tremendamente orgullosa de poder sentarme a compartir estas palabras en este sitio tan especial para mi corazón.
Como os decía al principio tengo el trabajo de mi vida, en el sitio deseado con las mejores personas con las que compartir este trayecto llamado vida.
Los sueños si los luchas y trabajas puedo deciros que se hacen realidad y yo ahora mismo vivo una realidad feliz donde la parcela de lo laboral está estable y eso me inunda de sentimientos muy fuertes, porque todo el esfuerzo y malos momentos para llegar a este punto de hoy han merecido la pena.
Gracias a tod@s los que me acompañáis y confiáis en mi, sin vovotr@s este día no habría llegado, pero sobre todo en un día como hoy quiero acordarme de los dos ángeles que tengo en el cielo que espero se sientan tan orgullos@s de mi, mis yayos que tantas cosas bonitas y amor dejaron en mi corazón y vida.
Muchos besos rinconer@s y espero podernos ver mañana :) :) :) :) :)
YO TE CREO HERMANA
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