Han sido dos días desaparecida en los que la familia y principalmente el trabajo han dedicado mucha parte de mis energías, fuerzas, lágrimas y desvelos... Porque ayer me decían por la tarde con un tinto de verano de por medio que cuando eres más mayor el tiempo pasa más rápido a lo que yo añado que nada como estar feliz con lo que se hace para que todo pase mucho más rápido, mucho más intenso... dejando tras de sí una carretera de lágrimas pero a la vez de recuerdos, momentos y anécdotas que quedarán clavados en el corazón, la mente y el aprendizaje de por vida.
Parece que fue ayer cuando el primer día del mes de septiembre me llamó mi jefa para decirme que este año también contaba conmigo para seguir trabajando en el proyecto en el que trabajo "La Merienda", el cuál pertenece al Centro Socioeducativo que cuenta Mensajeros de la Paz en un barrio muy céntrico de Madrid.
Los meses han ido pasando y para el recuerdo quedan:
- Las mudanzas que hemos tenido y que van a venir.
- Mi primer Halloween, tenebroso y negro con pasaje del terror de por medio.
- El reto solidario, que tanto disfrutamos, vivimos y gozamos.
- La llegada de la Navidad y con ella las ilusiones y caras de los más pequeñ@s con la esperanza de que los Reyes Magos se acordarán de ellos.
- La marcha de mi abuela, que sin duda ha marcado un antes y un después, de manera irremediable y que gracias al trabajo y mis compañeras fue más fácil y llevadero.
- Los múltiples constipados y gripes que han estado en mi.
- Mis adorados ayudantes de organizar y repartir la merienda con un gracias siempre por delante.
- Los innumerables sustos en el pasillo acompañados de un "buenas tardes", besos y algún que otro abrazo.
- Ser testigo de como se va avanzando en los objetivos establecidos, y como cada menor con mayor o menor velocidad se va observando un avance, un proceso.
- Un carnaval con unas frutitas muy apetitosas y graciosas.
- Compañeras que se van convirtiendo en una familia laboral que saben estar cuando se la necesita y criticar cuando es necesario que alguien te pare y te de verdad con cariño y respeto.
- Ese viaje a Asturias que se queda para mi.
- El último achaque al riñón que me hizo estar al borde de un abismo por los dolores físicos y el malestar psicológico que sentía.
- Ser testigo de reojo de como los más mayores de nuestro centro se van convirtiendo en hombres y mujeres a través de sonrisas y el tremendo amor que su educadora les tiene y ofrece cada día.
- La partida de Pedro.
- Los últimos coletazos para llegar a "La Ola".
Una Ola que vivimos ayer con emoción, cariño, mucha alegría de despedir un buen año, acompañado de unas cuántas lágrimas de despedida, porque si en la vida muchas veces hay que decir adiós porque lo bonito de mi trabajo, de nuestro trabajo, es poder pasar una etapa de la vida de los más peque@s primordial para quienes serán nuestros y nuestras adultas en esta sociedad y quien sabe si el día de mañana echarán la vista atrás y recodarán con cariño esos días en la Merienda acompañad@s de sus educadoras que los adoran.
Un año escolar que ha pasado rápido e intenso y en el que yo he sido muy consciente de puntos fuertes míos lo cuáles desconocía y otros muy débiles que debo seguir trabajando para poder llegar a ser la profesional que pretendo, con sus aciertos y sus errores pero sobre todo con unas inmensas ganas de seguir aprendiendo cosas nuevas.
Porque nada puede hacerme más feliz que verte sonreís cada mañana, mientras vas pintando el alma de un color que nos encanta...
Todavía nos queda un campamento en el que de nuevo tendremos que sacar muchas fuerzas para que nuestros niñ@s disfruten de unos días que ojala recuerden siempre.
Muchos besos rinconer@s y gracias por acompañarme en cada post que sigue los pasos de alguien muy importante, yo :) :) :) :) :)
YO TE CREO HERMANA
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