domingo, 28 de enero de 2018
Una de mis fotos favortitas
Por desgracia este post ya llevaba pensado mucho tiempo, pero parece que la vida es así de perra y no ha sido hasta la partida de mi yaya cuando no he tenido tiempo de sentarme a explicar el porque esta foto es una de mis favoritas.
Esta foto fue tomada hace alrededor de unos 27 o 28 años durante el primer verano de mi vida que pase en Nerja (Málaga). Fue el primero de muchos, porque mis padres le cogieron el gusto al pueblo de Chanquete, pero este primer verano fue muy especial, porque lo pase en familia: primero con mi tío y la que era su mujer después de una viaje muy movidito con varias vomitonas incluidas y terminarlo con ellos, mis yayos.
Una foto muy especial porqué:
* Fue un verano estupendo, y es que deseaba que llegará el mes de agosto, porque era el único mes del año que pasábamos mi madre, mi padre y yo, porque el resto del año mi padre trabajaba tanto que casi ni le veía.
* Fue el primer año de muchos que le siguieron a Nerja, un pueblo que enamoró a mis padres y en el que he pasado grandes y buenos momentos. Vamos solo deciros que fue precisamente en uno de esos veranos cuando me empezó a doler mucho el pecho y al ir a urgencias, me dijeron: ¨hija, te está empezando a salir pecho¨, que trauma más grande en ese instante.
* Fue un verano en el que a pesar de ser muy pequeña, recuerdo como torturaba y perseguía a mi tío el pequeño que me saca diez años para que jugará conmigo todo el rato, y sino, pellizco al canto en donde pillará.
* Es una foto que me hace sentir protegida, porque junto con las de mi madre y por supuesto mi pareja, se que esas dos personas que me tienen rodeada me han querido con lo bueno y lo malo hasta el último de sus días.
* Es una foto en la que sonrió de forma amplia, porque era feliz, feliz de verdad, no podía pedir más que playita, mis padres y mis yayos, para pasar un verano de 10.
* Porque adoro todos los momentos que se me vienen a la cabeza con los dos, cuando veo y siento esa foto, porque me siento en los brazos de mi yaya con ese agua tan fría que te paraba hasta la circulación.
* Porque valoró muchísimo cada cosa que me han dejado dentro de mi, cada instante, cada palabra, cada bronca, cada abrazo, cada beso, cada ronquido, cada gesto cómplice, cada mirada furtiva con risa escondida para que no nos viera mi madre...
Por desgracia quería escribir sobre esta foto en vida todavía de mi yaya, pero como os decía la vida es así de perra y no he podido escribir hasta ahora. Por eso esta foto cobra tantísimo valor sentimental, porque es uno de mis mayores tesoros y de mis mejores recuerdos, ellos y los momentos vividos con ellos:
... Esa forma perruna de nadar de mi yaya
... Las dos mil y una aletas y tubos de respirar que se compraba mi yayo para respirar
... Esas mil y una grabaciones con la cámara de él que de pequeña me cansaban y ahora las recuerdo con tanto cariño
... Esos secretos entre mi yaya y yo, que por supuesto eran de la mayor importancia posible, porque ¨me iban la vida en ello¨
... Esos paseos por la orilla del mar con el agua atrapándonos los pies, y mi madre detrás mía con la crema para que no me quemase
... Ese momento en el balcón de Europa en el que andábamos grabando a la yaya con la cámara y de pronto una ola se la llevó y mi madre al rescatarla se cayó también, que risas nos pudimos echar mi yayo y yo
... Esa eterna pregunta de ¨¿A quién quieres más a la yaya o a mi?¨ y esos momentos de angustia y no querer responder, porque con el paso de los años no había a ninguno de los dos que haya querido más, solo que la vida me dejo pasar más tiempo con mi yaya y disfrutar de tantos momentos que los guardo en un rincón muy profundo de mi.
No se si era necesidad o gusto, el caso es que aquí os dejo uno de los tesoros más importantes de mi vida, esta foto, que me pellizca el corazón pero que hace que el corazón se me desborde de sentimientos, emociones, recuerdos, amor.
Muchos besos rinconer@s y gracias por compartir este fin de semana conmigo.
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