No es ninguna sorpresa en este rincón que soy una total y absoluta seguidora y porque no decir la palabra, friki de una de las Sagas más importantes de la historia del cine: Star Wars.
Habiendo visto todas sus películas en reiteradas ocasiones, analizando cada dialogo, desglosando a cada personaje, viviendo con nervios y alegría la nueva Saga que está en marcha y viviendo una vida en la que la fuerza siempre me acompaña, en el día a día, en la ropa, en mi casa...
Se podría decir que la fuerza vive en mi, y aunque el lado oscuro es el que más me tira, porque pienso que los grandes personajes que pasan a la historia del cine son los y las malas, no puedo negar que uno de los personajes que más me han marcado en mi vida desde bien pequeña es la Princesa Leia Organa. Esa princesa valiente, fuera de estereotipos de mujer débil, que lucha como una jabata para conseguir que el lado bueno venza al mal.
¿Pero quién había detrás de ese personaje? ¿Qué sentía Carrie Fisher de ese personaje que le cambio la vida para siempre de forma irremediable? ¿Quién era realmente ella? ¿El personaje pudo con la persona?
La casualidades de la vida, en una de mis visitas a la FNAC descubrí este libro de puño y letra de Fisher que como sabéis de forma muy triste y a la temprana edad de 60 años nos dejo el pasado mes de diciembre, dejando ya no solo huella en el cine sino en todas esas niñas que soñábamos con ella, con vestirnos como ella, con llevar su peinado, por empuñar una pistola láser y no tener la necesidad de ser rescatadas por un hombre porque nosotras con nuestra fuerza e inteligencia podíamos con todo y todos.
El mes de julio me hice el regalo de comprarme El diario de la princesa pero no ha sido hasta la vuelta de las vacaciones cuando me senté sin prisa pero sin pausa a conocer que había detrás de Leia, que había detrás de Fisher, una mujer frágil, marcada por la fama de sus padres y que puede ser que el personaje pudiera con ella, porque al fin de al cabo solo era una niña cuando se puso los incómodos rodetes de Leia.
Cuando Carrie Fisher releyó al cabo del tiempo los diarios que había escrito durante el rodaje de La Guerra de las galaxias, la primera película de Star Wars, le asombró encontrar unos ingenuos poemas de amor y unas cándidas reflexiones que apenas reconocía como propias. Hoy Fisher ha pasado a la historia como la actriz e icono pop, pero en 1976 solo era una chica de 19 años perdidamente enamorada de su compañero de pantalla, Harrison Ford.
Con extractos de aquellos cuadernos manuscritos, El diario de la princesa es el recuerdo íntimo y revelador de lo que sucedió dentro y fuera de uno de los set de rodaje más famosos de todos los tiempos. Pero Fisher también reflexiona sobre la fama y el absurdo de una vida inventada por la industria de Hollywood.
Las memorias de la inolvidable Princesa Leia Organa con sin quererlo una lectura inesperadamente conmovedora, a ratos inocente e infantil, pero es que creo que Carrie Fisher tuvo que hacerse mayor muy joven, quizás desde que era una niña.
Detrás del desconocido y febril romance que ella narra con Harrison Ford, encontramos una sarcástica reflexión de la fama y los ajustes vitales que ella vivió pasando por alto muchas etapas de la vida, porque de golpe se hizo muy conocida y ya no por ser ¨la hija de¨ sino que mucha gente pudo llegar a confundir al personaje con la persona.
Fisher se abre sin tapujos y nos muestra a través de sus ojos su yo más sabio, que por desgracia siempre anduvo buscando su lugar en el mundo ¿Lo encontró? Por desgracia la vida que llevó y sus excesos que en mi opinión escondían penas y complejos la llevaron a una vida desordenada de drogas y alcohol. Que pena porque tenía mucho talento ya no solo como Leia sino que Fisher ha tenido en su curriculum más títulos, pero quizás la princesa peso mucho en su vida.
Además de su historia más personal y sus pensamientos más íntimos vemos en ella un alma para escribir, pero escribir desde su verdad, sin maquillar, sin entrar en detalles morbosos, solo de ella y para ella.
¿Lo habéis leído? A mi debo admitir que me esperaba un libro un poco castaña, pero me he ido sorprendiendo y empatizando por una mujer que a lo único que aspiro fue a ser ella misma, sin trampa, ni cartón, ni padres conocidos, ni traje blanco de por en medio.
A todos y todas las fans de la Saga os recomiendo su lectura pero a los y las que no también, porque de veras que es un libro muy humano y conmovedor de una niña grande.
Hasta mañana :) :) :) :) :)
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