Pues eso me paso hace unas semanas viendo la cartelera del Teatro Pavón Kamikaze de Madrid cuando vi que para el mes que viene se va a estrenar sobre las tablas Smoking room, la adaptación teatral de la película española del año 2002 que además consiguió el Premio Goya a la mejor dirección novel para Roger Dual y J.D. Wallovits.
Y en ese momento dos cosas me vinieron a la cabeza:
1º Que hace años en una feria del libro de Madrid no recuerdo muy bien si uno o los dos directores estaban firmando los guiones originales del film.
2º Pero si tengo la película de unas colecciones que sacaba el Diario El Público, por cierto que injusto que se cerrará quedando relegado solo a formato internet.
Entonces ¿Cómo no verla?
La película nos traslada a la sucursal española de una empresa americana que se ve obligada a prohibir el tabaco en sus oficinas. Los que quieran fumar en horario laboral deberán hacerlo en la calle. Ramírez, uno de los empleados, empieza a reunir firmas para que se utilice un despacho desocupado como sala de fumadores. En principio, todos parecen estar de acuerdo, pero a la hora de la verdad pondrán todo tipo de excusas para no figurar en esa lista, en cambio, ninguno tendrá problemas para inscribirse en otra, la del equipo que jugará un partido de fútbol contra los empleados de otra oficina.
Os aseguro que hay 0 spoilers en este espacio pero es que las tres escenas finales de la película me parecieron fascinantes, mostrando una empresa o mejor dicho, sociedad enferma y no por el humo del tabaco sino de violencia, pocos valores, poco compañerismo, poca sinceridad, en ella observamos en el una pequeña muestra de la España de robos y manos largas que vivimos desde al año 2008.
A la par es una película inteligente, desesperada, artesanal, en dónde la cámara va y viene consiguiendo dos fines:
1. Conseguir realismo.
2. Transmitir el desasosiego latente a medida que va avanzando la trama.
De forma pequeña casi sin hacer ruido y como colchón un guión muy bien hilado y con inteligentes saltos, vemos como la historia y los actores van increchendo donde todos destacan desde el a priori pequeño tamaño de sus personajes.
Una de las cosas que más me han llamado la atención de ella es la aparente pobreza de los medios y recursos con los que cuenta el film, demostrando una vez más que con talento, fuerza, ganas y valentía se puede hacer una gran película, es verdad que aquellas que están con gigantes productoras detrás algunas también son buenas, pero como decía Bayona en los Goya, el cine español es grande por sus películas de pequeño, medio o gran presupuesto.
A través de secuencias de mucha velocidad vamos vislumbrando como he leído en una crítica de la película ¨una metáfora muy negra sobre el secuestro y la muerte de la libertad¨y todo por el tabaco, porque aunque que no se pueda fumar en los puestos de trabajo a mi parecer es una medida acertada, también os diré que las consecuencias y los tejemanejes que van detrás son a ratos divertidos, pero también atroces, cínicos, negros, muy terribles, porque muestran lo peor del ser humano.
¿Puedo resaltar a algún actor?
Hombre es que Eduard Fdez. es, ha sido y será un actor magnífico con mucha verdad y matices en sus trabajos y ya Francesc Garrido (Se quien eres) iba mostrando lo que es capaz de hacer delante de una cámara, pero la sucesión de dúos sustenta la columna vertebral de todas las escenas, y eso a mi particularmente llamó mucho mi atención.
¿Os la recomiendo? Por supuesto porque aunque a mi chico le pareció falta de ritmo, la verdad es que el film es un espejo en dónde todos y todas deberíamos mirarnos, sin miedo pero con respeto.
Muchos besos rinconer@s y viva las colecciones de películas que lanzan los periódicos, porque a pesar del maldito pirateo, el cine está muy vivo.
:) :) :) :) :)
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