jueves, 4 de mayo de 2017

Una década que nada ha vuelto a ser lo mismo


Creo que como dice el título de esta canción así es como me quede hace hoy diez años cuando sonó el teléfono y nos comunicaron que mi abuelo había partido para siempre.

¿Sabéis esa sensación de vacío en el estómago que parece que te caes como si no hubiera un final, y caes y caes?

Yo la sentí con desgarro, con dolor, con sorpresa porque a pesar de llevar meses muy malos, su partida en ese momento justo no era esperada, y a la par con espanto porque no podía imaginarme una vida en la que él no estuviera....

Con el paso de los años siento que todos esos sentimientos han ido disminuyendo sobre todo y como dice el refrán "porque el paso del tiempo todo lo cura", pero por encima de todo, porque su recuerdo no puede quedar borrado por dolor.

Los buenos y felices momentos no pueden quedar escondidos detrás de las lágrimas, aunque ahora en este momento salgan disparadas de los ojos, porque no ha habido ni hay un solo día de estos diez años que yo no le haya echado de menos.

Pero ni se merecía ni se merece ese dolor y ese sufrimiento, solo buscar los más vital de la vida, disfrutarla, gozarla, llorarla, sufrirla, cantarla, bailarla, pero vivirla.


Felipe que es así como se llamaba el cómplice de mi vida, se merece lo que dice esta canción que tanto hemos cantado y bailado juntos, buscar lo más vital de la vida, que es al fin de al cabo vivir el día a día y disfrutar porque estamos viv@s.

De él se han quedado en mi clavados como las púas de un cactus todo lo bueno pero también lo malo, porque el amor no nos debe hacer perder el criterio y amar significa reconocer lo bueno y lo malo del otro/a.

Y en él lo malo era ese carácter tan fuerte que he heredado de él, pero también hay que admitir que a ambos se nos va o iba la fuerza por la boca.
También era una persona que cuando le hacia la cruz  a alguien con razón o sin ella no daba ni un pasito para atrás. Y aunque me cueste bastante admitirlo un poco bastante machista, pero se le perdona porque había nacido en otra época y había cosas que no entendía y en su cabeza no llegaban a entrar. Pero luego respetaba las decisiones de las mujeres de su familia, defendiéndolas como el que más, aunque a algunas fueran contra sus valores. Pero como os decía el nació en otra época.

Pero lo bueno que por supuesto ganaba por goleada era ser la persona con el corazón más generoso y bueno que he conocido, un hombre con sentido del humor, sensible al dolor y a la vida, que gozaba y disfrutaba de cada segundo al lado de quien más quería que era su mujer junto con sus hij@s y niet@s.

Él sonreía al mundo y donde hubiera un niño o niña ahí estaba él para jugar o hacerle pasar un buen rato, porque era pasión lo que sentía por los más peques.

En este día me vienen diferentes momentos que hemos vivido juntos como:

- Que me llamará diciéndome que las películas que compraba estaban mal y lo que pasaba es que no sabía poner el castellano en el dvd. Y él y mi abuela han llegado a ver hasta películas en japonés.

- Que nunca se acordará del pin del móvil y eso que era 1 2 3 4. Y se lo iba preguntando a todo el mundo con el que se cruzaba, incluyendo las cajeras del super de abajo de casa.

- Que odiará las compras navideñas pero que luego no se comiera el mantel de puro milagro o porque se le hacia una vigilancia exhaustiva.

- Que se pusiera la camisa de franela en verano y las de manga corta en invierno.

Recordarle con amor es:

- Verle venir en invierno con su gorro ruso para taparle la calvorota, agarrado al hombro de mi abuela y con ese bastón que le hicieron en la parcela con un tronco y que por cierto tengo yo en mi casa, y pensaréis que andaré mal de la chota pero siento más seguridad y paz con ese bastón en mi pasillo.

- Oler a café es olerle a él, porque era una de sus mayores perdiciones.

- Ver una gafas de bucear con el tubo y las aletas, es verle a él por ejemplo en ese verano en Nerja donde se las compró a pares porque decía que quería ver los peces, aunque pobre mío no sabía nadar.

- Ver una cámara de video y seguir viéndole grabando con su cámara cada instante de nuestras vidas. En esos momentos le llamaba pesado porque te grababa hasta comiendo, pero ahora valoró tanto esos videos que nos regaló y echo tanto de menos tenerle grabándonos.

- Ver una película de Disney es sentirle cerca, es tenerle sentado a mi lado o echar de menos esa llamada de "estrenan nueva película Naty hija, cuando vamos a verla". Esa frase de "Basyl de la calle Baker" que veo y veo con él metido en la cabeza y en el corazón.

- Comerme una ensalada y echar de menos su mano con pan mojando la salsa sin esperar a que se terminará, haciendo los famosos "barquitos de pan" en el plató que tanto molestaban a mi madre.

- Pasar por donde los churros de mi barrio y recordar como se inventaba que no habían traído el coche a mi casa porque querían andar y volver en autobús.
Hay mentirosillo si lo que querías era pararte en la coctelera y comerte las porras de tamaño XXXXL que hacían.

- Seguir recordando al elefante Paco y sus mil y una aventuras, todas salidas de su cabeza e invención.

- Ser incapaz de comer las pijotas o peces de morder la cola, porque es lo único que querías comer en tus últimos tiempos.

- Cada vez que como pasta, recuerdo como la odiabas pero cómo le decías a la yaya que me hiciera los espaguettis con tomate que tanto me gustaban de ella.

- Jugar el escondite eterno de cuando volvías de trabajar y yo estaba detrás de la puerta y fingías no encontrarme.

- Seguir yendo al Alcampo y pasar por la sección de clavos, ruedas... y verte andando por los pasillos para comprar algo que de sobra tenías.

- Jugar al Bingo en casa en Navidades y recordar lo mucho que lo odiabas.

- Ver Rocky y rememorar nuestras sesiones de vernos las cinco películas del tirón que había en ese momento.

- No hay vez que no baile que no sienta tus pies bajo los míos y sienta el ritmo de la música por mi cuerpo. Porque en eso también me parezco a ti, en lo bailongo, en lo alegre... o por lo menos lo intento.

- Ver algo de curas por la tele y recordar como despotricabas contra ellos.

- Ir a tu casa y ver el reloj de pared y que sin querer me siga saliendo bajar las cadenas de forma fuerte, esperando que me regañes no porque se cayerá el reloj, sino por si éste me hacia daño.

- Comer conejo y ver tu cara relamiéndote porque te encantaba como lo hacía mi madre.

- Beber leche y recordar cuando me puse a trabajar como cajera que ibas todas las semanas a comprar cajas de leche, porque me metían el 10 % de las compras en mi nómina.


Y es que eras y serás más que mi abuelo, eras mi yayo, mi amigo al que contar las mil y unas tonterías que me venían a la cabeza, ¿te acuerdas cuando fingí que me habían robado para que me dejarás el dinero de los billetes de avión? Que décimo sentido para pillarme y encima ni regañarme porque me dijiste que en la pelu me habían dejado muy guapa..... el confidente de mi vida porque no había cosa o hecho importante que tus oídos no escucharán, mi padre, porque tú si que los has sido y me diste un ejemplo y unos valores que me siguen acompañando hoy en día como uno de los mayores tesoros de mi vida.

Todavía recuerdo esas palabras tuyas de "Nati hija no le dejes entrar en tu vida que al final acabarás arrepintiéndote y llorando", que razón tenías abuelo, creo que quizás fuiste el único que supo ver como era esa persona en realidad, y aunque tus formas de decirlo nunca fueron las correctas, en el fondo siempre tuviste razón.

Así que hoy me vais a permitir que le dediqué este espacio a ese hombre que me dejo (solo físicamente) con 23 años con tanto amor, cariño y recuerdos que es imposible no recordarle con una sonrisa. Y lo que es super importante para mi es que siga vivo en mi y en mi vida, porque la gente solo muere cuando no se la recuerda, y eso en él no pasará porque no hay día que él no esté en mi y que a mis prim@s que por desgracia no han podido disfrutar tanto tiempo como yo les siga contando anécdotas de como era, como sentía y como vivía la vida Felipe.

Dos grandes penas que tengo con él, es que primero no conociera a mi chico porque estoy segura que se habrían llevado de miedo, y segundo que no conociera a mi primo Izan pero desde que nació se y siento que una parte de Felipe vive en él y eso me hace verle de forma todavía más especial, porque mira que queremos a nuestro enano.

Me despido de vosotr@s con una foto que encontró mi chico por casa hace poco y que me encanta y representa lo feliz que he sido y los momentos tan buenos que he vivido con él y mi abuela.


Nunca te fuiste porque siguen en mi, en mi corazón, en mis recuerdos, en mi mente, en mi casa, en mi vida. Te quiero hasta el infinito y más allá Felipe


Me despido de vosotr@s en este día tan agridulce con una canción que no hay vez que no escuche, y piense "que bonito fue vivir cerca de ti, que bonito como dice la canción sería poder volar y estar a tu lado aunque solo fuera un instante".

Hasta mañana rinconer@s


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