lunes, 1 de mayo de 2017

Sobriedad, rectitud, asfixia... La casa de Bernarda Alba en el Teatro Victoria

¿Qué tal el fin de semana rinconer@s?

Y el mío a pesar de llevar adherido a la piel el brote que me acompaña desde hace casi tres semanas no ha estado nada mal. Por ejemplo el sábado disfruté de nuevo de otro de los regalos de mi cumple, que era ir con mi mejor amiga a ver al Teatro Victoria de Madrid una de mis obras de teatro favoritas, La casa de Bernarda Alba.


Os doy mi palabra que no se exactamente las veces que han pasado por mis manos esta obra de Federico García Lorca que escribió en 1936 y no pudo ver estrenar porque un@s indecentes asesin@s decidieron quitarle la vida de forma vil y sin explicación. Aunque ¿Hay alguna vez explicación o justificación para quitarle la vida a alguien? No fue hasta 1944 y en Argentina de manos de su actriz fetiche Margarita Xirgú cuando ésta puedo ser estrenada y no llegaría a nuestro país hasta muchos años después.

Pero mi gran sorpresa es que siempre que me la leo me sorprendo de diálogos que ya conozco o detalles que con anterioridad había pasado por alto. Por lo que entenderéis la ilusión que me hizo ir a ver uno de los tres montajes que se están desarrollando en Madrid de este clásico y perla del teatro español.


Por si hay algún o alguna despistada La casa de Bernarda Alba nos traslada a la España rural de principios del siglo XX, Bernarda Alba, viuda por segunda vez, obliga a sus cinco hijas a mantener un riguroso y prolongado luto que las aísla del mundo exterior. Estas seis mujeres, la madre de Bernarda y la criada del hogar. Y donde la vida dentro de las asfixiantes paredes será más ajetreada que fuera, donde todo girará en torno al nombre de un hombre: Pepe el Romano.

Entre las muchas moralejas que se le pueden sacar a esta obra son:

- La moral represiva y el yugo de las apariencias que ponen en solfa los derechos de la mujer.

- El enfrentamiento entre libertad y autoridad y el conflicto entre la realidad y el deseo, dan cuerpo a un drama que pone en relieve el compromiso social y político del autor.

Ahora al meollo de la cuestión ¿Qué me pareció el montaje?

Pues comenzando de que a mi personalmente me encanta cuando se entra en una sala de teatro y están los actores o actrices en escena, ahí como estatuas impertérritos.... comenzamos muy bien ¿No?

 Me es imposible escribir en un bloque, os voy a ir detallando lo que más me gustó:

- Ese olor a incienso nada más entrar que tanto siento y huelo cuando leo la obra.

-La sobriedad de la escenografía, dando verdadera importancia esos intensos diálogos entre las mujeres de la casa.

- Esa mezcla de teatro y unos pequeños conatos de danza.

- Unas actrices que en mayor o menor medida me ganaron a medida que iban pasando los minutos. En especial la que daba vida a Angustias, Adela, Poncia y por supuesto Bernarda, regia, firme y sin ninguna caridad y piedad por los sentimientos y sueños de sus hijas.

- Ese vaivén en el escenario, entrando y saliendo de escena no sólo por el escenario sino por varias puertas dotando de vida cada escena.

- La escena final emulando lo que yo siento cuan la leo, ese encierro perpetuo al que se van a ver sometidas todas y cada una de ellas.

Perdonarme que no sea más precisa pero de verás es una obra para ir a verla, saborearla, olerla, disfrutarla, gozarla estoy segura que si Lorca viviera la encantaría ver como sus obras son adaptadas y enseñadas al público, que es al fin de al cabo el fin de cualquier persona que escriba.

Recordaros que el Teatro Victoria está en la calle Pez de Madrid, por la zona de Malaña, encima perfecto para luego tomar unas cañitas o unos zumos naturales en el Coconut, por ejemplo :P


Lo bueno de ayer no fue solo compartir con Lorena está obra de teatro, sino que hicimos sesión doble entrando a ver después la obra de Los Miserables, pero está me la reservó para este fin de semana que os adelantó será dedicado al teatro.


Muchos besos a tod@s y disfrutar de este día del trabajador y la trabajadora.

:) :) :) :) :)

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