lunes, 15 de mayo de 2017

Pongamos a las cosas su verdadero nombre: Femicidio

Este sábado fui con mi madre a ver la obra de teatro Una habitación propia, basada en un monólogo de Virginia Woolf, el cuál esta semana os comentaré, pero el jugo que le sacó y lo que me ha hecho sentarme hoy San Isidro de 2017 para escribir este post, es que los siglos pasan y no parecen cambiar las cosas, porque las mujeres siempre nos tenemos que ver sometidas al machismo.

Hace siglos debíamos aceptar que nuestros progenitores nos casaran sin tener en cuenta nuestra opinión, y en pleno S. XXI tenemos que vernos sometidas al control pétreo de los que quieren ejercer su supremacía por encima de nosotras. Y ya no sólo en la pareja, sino en lo laboral y social.

Y habló en primera persona porque aunque yo no sufro esa clase de cosas porque convivo con un HOMBRE y no doy gracias a Dios ni a la vida de que no me pegue, me insulte o me controle, porque lo normal es eso, no lo contrario, si creo que si le pasa a una nos pasa a todas, y también debería ser a todos.

Frases con el "sexo débil", "que pasa que te ha venido la regla", "no volverá a ocurrir", "te voy a dar dónde más te duele", "eres de mía de o de nadie"... entre otras conviven con nosotros y nosotras casi a diario, sin que los organismos competentes hagan nada, pero NADA para evitar que sigan muriendo mujeres a manos de sus parejas o ex parejas. O éstos se vean con el derecho, la libertad y lo que es peor la total impunidad de hacer daño a aquellos y aquellas que más quieren esas mujeres para herirlas de muerte, matando a sus hijos o hijas.

En lo que va de año 2017 vamos casi por 30 mujeres asesinadas y ya llegando a la macabra cifra de 10 menores asesinados a manos de sus padres o ex parejas de las madres.

¿Una sociedad civilizada y del primer mundo cómo nos denominamos puede aguantar estas cifras sin que a nadie se le mueva un pelo de las cejas?

Por un momento podemos pensar que fueran esas cantidades de fallecidos hombres a manso de sus mujeres y esos menores asesinados por sus madres para dañar a los hombres ¿Se aguantaría?

Sinceramente creo que no.


Esta foto la saque el sábado cuando salí del teatro con mi madre y me acerque a la Puerta del Sol a conocer en primera persona a unas mujeres que después de dos meses han vuelto a acampar en ese sitio tan emblemático de Madrid para dos cosas:

Que se sepa que la anterior vez cuando estuvieron en huelga de hambre, las engañaron y las prometieron promover una mesa en el Congreso para tratar y tener en cuenta las medidas que tanto ellas como las mujeres que firmamos pensamos y creemos que se deben empezar a tomar para que esta maldita lacra se erradique.

Para volver a exigir a la mesa del Congreso que ponga en marcha las medidas, actuaciones, protocolos y leyes que protejan a la mujer víctima de violencia de género y sus hijos o hijas.

Me veo incapaz de describir con palabras el impacto emocional que sufrí al ver como habían puesto la plaza con bolsas emulando los cadáveres de mujeres y menores asesinados y asesinadas, sentí horror, pánico, asco, miedo, pena, tristeza, dolor, mucho dolor de que como sociedad nos hayamos acostumbrado a poner la tele, oír la radio o ver en redes sociales "Otra mujer de nuevo asesinada a manos de su pareja o ex pareja".

Es muy importante su vuelta porque además refleja la voluntad de muchas que deberíamos ser todas de exigir y repito EXIGIR que se pongan a trabajar nuestros señores y señoras diputadas en una ley y unas medidas que deberían existir. Para eso fueron elegidos, para eso les pagamos, y aquí no pongo nombres de partido porque creo que todos y todas son responsables de la vuelta a salir a la calle de estas mujeres.

Estas mujeres que no son cuatro grupis que no tienen nada mejor que hacer, sino que son valientes que han decidido dar la cara por todas, como han hecho otras en los anteriores siglos.

¿Qué podemos hacer las demás?

- No hacer como si no pasará nada.

- No pensar que es un problema de otras, porque cada bofetada, cada puñalada, cada insulto que le dan a una nos lo dan a todas.

- Por supuesto ir a conocer y acompañar a estas señoras que están en Sol.

- Dejarnos de quejas estúpidas en redes sociales o por ejemplo este post de hoy y pasar a la acción, tomando las calles y plazas y señalando con el dedo porque todos y todas sabemos que mujeres está siendo víctima de un marido o pareja violento. No dejemos toda la responsabilidad a la víctima que en la gran mayoría de las ocasiones está atascada y encerrada en el mundo del maltrato, no nos pongamos y tapones y denunciemos.

- Hablar y mucho sobre este tema en el trabajo, en casa, con amigos y amigas, porque solo cuando se ponen nombre a las cosas se pueden cambiar. Y esto no es ni más ni menos que femicidios.

La historia nos dice que han tenido que morir muchas para tratar de cambiar las cosas, pero no dejemos que sigan mujeres sufriendo y padeciendo a su maltratador, en serio yo soy de las que creo que el poder es nuestro porque nosotros lo damos y podemos exigir medidas que nos protejan y cuiden.

Para despedirme solo poder decir que no se en este momento habrá alguna mujer que lea este post que esté padeciendo esto, pero existe el 016 que es un número gratis, que no deja rastro en la factura donde hay profesionales que te van a escuchar y echar una mano.

No estáis solas, vosotras somos todas.

En definitiva rinconer@s que no quiero seguir acostumbrándome a leer u oír como están siendo masacradas las vidas de mujeres.


Besos rinconer@s y hasta mañana.

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