martes, 9 de mayo de 2017

Cuando la discapacidad y los animales se unen disfrutamos de magia: El faro de las orcas

Desde que hace varios años vi la película de Entre Lobos, intuí que su director Gerardo Olivares era un amante de los animales y la naturaleza, y lo he ido comprobando en toda su filmografía. Entonces ¿Cómo no ver El faro de las orcas?

Qué une dos mundos en apariencia opuestos como son las personas que tienen algún tipo de discapacidad y los animales, siendo éstos los verdaderos artífices y protagonistas de algunas de las mejores terapias con personas con autismo, parálisis cerebral, síndrome de Down...

Gracias a Netflix que la tiene en su catálogo de películas españolas, el Día del Trabajador, disfruté y emocioné a partes iguales con una película que es un canto a la belleza, al amor, a la naturaleza, al derecho de las personas a llevar a cabo terapias que a la larga seguro que le hacen más bien que mal, cómo se ha demostrado en las terapias que llevan las personas con autismo con animales como perros o caballos.


Lola viaja con su hijo autista, Tristán, hasta el fin del mundo para encontrarse con Beto, un guardafauna que tiene una relación muy especial con las orcas salvajes en la Patagonia Argentina. El motivo del viaje es que Tristán ha mostrado una extraña empatía y respuesta de estímulos ante la visión de Beto con las orcas.

La determinación de Lola de luchar por la mejora de su hijo, la peculiar personalidad de Tristán y la relación de la naturaleza y los animales con Beto, hará que la vida de los tres pueda cambiar para siempre.

Empiezo primero con algo malo de la película, y es que un poco más de rapidez no habría venido mal, porque a ratos se hace lenta y pelín pesada, pero también e verdad que ante la belleza de la Patagonia y de la historia que se nos va a narrar era difícil ir más deprisa.


Uno de los grandes puntos que me quedo de esta película es que además de que en España se puede hacer cine de diferentes géneros con muy buena mano y calidad, la historia humana que hay detrás de esta historia que tiene sus bases en la vida real, traspasa la pantalla.

Como os decía antes un poco más de ritmo no le vendría mal, pero las buenas películas como los buenos platos deben ser cocinados a fuego lento, pero en este film encontramos muchos detalles en caras y cuerpos que las palabras no podían poner en pie.

¿Qué si me gustó? El resultado final fue muy satisfactorio teniendo en cuenta el trabajo del reparto que es muy puro, muy salvaje, muy limpio, haciéndote dudar de si de verdad estás viendo una película o unas situaciones reales porque jolínes con la Verdú...Queda aparte el trabajo del niño que es brutal y esa escena final que te hace ver la luz de porque esa madre se recorrió el mundo únicamente por el bien de su hijo.


¿Os la recomendaría? Pues claro porque nada como un poquito de realismo a ese cine que manda en la actualidad comercial y de superhéroes para ver que la belleza se encuentra en los pequeños detalles.

Muchos besos rinconer@s y hasta mañana con más y espero que mejor.

:) :) :) :) :)

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