La ropa es de esas cosas que aunque pasen de moda los expertos y expertas nos dicen que guardemos en un armario, porque con el tiempo volverán y si nuestro cuerpo resiste podría ser que nos siga valiendo.
Pues con William Shakespeare pasa lo contrario y es que después de 400 años de su fallecimiento, el autor inglés nunca ha pasado de moda, sus obras siguen siendo fiel reflejo de las diferentes sociedades que han pasado durante estos cientos de años, sus personajes siguen mostrando lo mejor y lo peor que llevamos cada ser humano dentro de nosotr@s mismos, sus tramas no se alejan de la realidad de este reciente 2017, sus paisajes y localizaciones bien podrían darse en mi barrio de Madrid, Ciudad Lineal.
Hasta el 15 de enero en el Teatro Español, en su Sala Principal, podemos disfrutar de quizás de trescientas puesta en escena de Ricardo III de Shakespeare, pero no por eso no deja de sorprender, desgarrar, emocionar y hacernos reflexionar sobre lo poco que ha cambiado el mundo y lo poco que ha avanzado la sociedad porque la avaricia sigue y por desgracia seguirá siendo un pecado capital.
Ricardo III narra la llegada al poder de un tirano, el Duque de Gloucester, quien pone en marcha, con una precisión diabólica, un perfecto y sanguinario mecanismo que lo convertirá en rey, dejando en el camino cadáveres y mostrándonos en su plan la maldad del poder en estado puro.
Una reflexión atemporal sobre el poder y la ambición.
Eduardo Vasco y su compañía Noviembre Teatro recuperan para los escenarios esta tragedia de William, haciendo partícipes a los espectadores de todo lo que está ocurriendo de una manera muy cercana para que así esperen el horror que finalmente se desencadena.
Si os lo podéis permitir de verás yo os recomendaría no pensaros mucho ir a verla, porque soy pesada pero da igual que hayáis visto esta obra en otras ocasiones, Shakespeare siempre nos sorprende, nos desmonta y nos enseña.
¿Nos vemos en el teatro?
Hasta mañana rinconer@s :) :) :) :) :)
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