Hace 7 años que llegó a nuestra familia un ángel de ojos azules, pelo rubio y sonrisa contagiosa.

Hace 7 años alrededor de las 10 y pico de la mañana delante de la Pedrera de Barcelona vi que tenía muchas llamadas perdidas de mi madre, y aunque si ves tantas llamas te asustas, yo pensé: "No me lo puedo creer mi tía ha dado a luz..."

Y es que ese viernes antes de ir a Barcelona con mi chico, en el que iba a ser nuestro primer gran viaje de pareja juntos y encima a un destino tan especial como Barcelona, me despedí de mi tío y de mi tía en casa, con el come come de que me iba a pillar el nacimiento de mi primo fuera.

Claro que me pilló y para colmo de mis males además de pillarme fuera y pasar unos días estupendos, me traje de la ciudad condal una gripe que me impidió conocer a mi niño hasta pasados diez días, porque como me iba  acercar a un bebe recién nacido mala...

Hoy me siento para hablaros de ese angelito de ojos azules, pelo rubio y hoyito en la barbilla que llegó a mi familia de forma mágica hoy hace 7 años. Porque además llegó en un momento en el que hacia uno año y pico que mi abuelo nos había dejado y el llegó para mostrarnos la magia de la vida y como ésta de forma increíble se regenera en la carne y piel de otra persona.

El amor de mi abuelo y el dolor que produjo él no volver a verlo se vio sopesado por el amor que sentí la primera vez que vi a mi rubio..... y comprendí que las cosas pasan por algo, quizás se tuvo que ir mi abuelo para que llegará Izan a nuestras vidas y nos alegrará los días con sus sonrisas y sus saltos, porque es una ratilla que no para quieta.

Quizás quien sabe la vida estaba marcado que no se conocieran y después de pasado un tiempo confió en que mi abuelo está disfrutando como un enano ya no solo de Izan sino de ver como mi prima está terminando la universidad, de ver como mi otro primo está comenzando la aventura de estudiar una ingeniería (nada menos que un ingeniero en la familia) y como el otro primo que me queda es feliz llevando la vida que ha elegido y decidido.

Nuestro niño ha hecho que las Navidades y las fiestas varias tengan otro sentido porque él está ahí disfrutando, bailando, saltando, riéndose a carcajada limpia y solo por eso la vida merece la pena.

Por verle crecer, por verle pasar del cole de pequeños a mayores, por verle como disfruta de cada cosa que ve, por verle como le emociona algo que le llama la atención, por verle como mima a su madre y se ríe con su padre, por verle como acaricia y besa a nuestra yaya de esa forma tan especial llena de amor puro sin esperar nada más a cambio que una sonrisa.

En fin que nada más que decir que felicidades a mi niño y felicidades a todos todas los que tenemos la suerte de vivir tu día a día, bichito... gracias por mostrarnos la grandeza de la vida y que la palabra prima aun más suene tan bonita como con el resto de tus primos.

Muchos besos rinconer@s y hasta mañana :) :) :) :) :)