Y aunque la visita muy muy breve, porque lo que más hicimos fue degustar esa gastronomía tan exquisita que posee, sí pudimos ver bonitos sitios que me gustaría compartir con vosotr@s.
Lo primero a resaltar es que fuimos unos suertudos al encontrar sitio para el coche a escasos diez minutos del centro neurálgico de la ciudad. Y ya fue bajar y meterse en esa calle grande que daba a un mercadillo de artesanía del lugar, con muchas cosas bonitas y ricas :P
Pero lo que más me impresionó fue volver a ver su Acueducto, es increíble pensar la cantidad de siglos que lleva en pie ese monumento, diseñado por los romanos para transportar el agua, y como gracias a Dios la manos del hombre no ha destruido ni una sola piedra de su estructura.
Y es que las fotos no le hacen justicia, verlo face to face es una "experiencia religiosa" como diría la famosa canción, y es que estás enfrente de uno de los sitios con más historia por piedra y pensar en la cantidad de seres humanos que hemos disfrutado y seguiremos disfrutando de él, es algo maravilloso.
En la foto es una pena que no se aprecie mas el carrusel que hay detrás nuestra, porque los coches, aviones y demás tiovivos son de los más bonitos que he visto en los últimos tiempos, hechos de madera, vamos quien retrocediera unas cuántas décadas para subirse en él :)
De lo poco que nos dio tiempo a ver en esa visita express, fue la Catedral de estilo gótico tardío, muy majestuosa y vertical con un color a crema desgastado que me cautivó, eso sí también ayudo ahora reflexionando con los días de que el cielo estuviera grisáceo porque resaltaba más su belleza.
Ese monumental Alcázar, con sus verdes vistas y foso inmenso es uno de los lugares más bonitos donde han reposado mis ojos, y eso que asomarse al foso era más un acto de fe, porque vaya profundidad no la cogía ni la cámara. Porque parecía que no tenía fondo. Y no olvidarme del barrio judío, que callecitas tan lindas!!!
No puse en duda que esta ciudad se merece una segunda, tercera y miles visitas para disfrutar de cada piedra, de cada calle, de cada lugar, y de la mejor guía, Bea.
Pero en esta visita es muy difícil obviar su gastronomía y es que dicen si vienes a Segovia no te olvides de comer su cochinillo... y que gran verdad no es que estuviera bueno es que estaba delicioso, la carne que se derretía en la boca y esa capa de grasita que sonaba.... madre mía se me hace la boca agua solo de recordarlo.
Pero es que tiene muchas cosas más pero de las que vi en casi todos los restaurantes como platos comunes, era:
- El preciado cochinillo.
- La sopa castellana, que yo comí y os diré que tenía un sabor tan rico.
- Judiones de la granja.
- Y como postre que me dejo de piedra porque jamás lo había comido y lo que me estaba perdiendo, el ponche segoviano, una especie de pastel, muy típico de allí y que de verás estaba riquísimo.
Vamos solo adelantaros que la semana que viene os subiré la receta, parece un poco complicada pero el resultado es de partirse la camisa.
El sitio donde nosotros comimos era Don Hidalgo, como un castillo reformado en hotel, que cuenta con un horno de leña que nos hizo perder el sentío', y el precio no era de lo más caro pero os prometo que ha sido uno de los mejores cochinillos que me he comido en la vida, con permiso de mi madre que tiene en las manos dos ángeles :)
En resumen, que si sois de fuera, Segovia es un sitio obligado de visita, por su historia, por su gente, por su gastronomía, por su arte.... pero si sois de Madrid como yo, no podéis dejar de ir a conocerla o volver a verla porque es un crimen, tener esa preciosa ciudad tan cerca y no visitarla.
Segovia en breve nos volvemos a ver
Hasta mañana :) :) :) :) :)
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