miércoles, 4 de marzo de 2015

Salamanca j'adore

Hace dos semanas y después de casi dos años sin salir de Madrid a hacer ningún viaje, mi chico y yo nos permitimos hacer una de esas visitas que siempre nos ha gustado: tiempo corto, ropa cómoda y turismo de pateo, es decir pagar poco y andar mucho porque hay que ver lo caro que está hacer turismo y entrar a ver bonitos sitios en nuestro país.

Nuestro destino fue una ciudad que yo particularmente nunca había visitado, Salamanca, y os puedo decir después de haber estado un breve pero intenso período de tiempo que me he enamorado de esta romántica, fría y preciosa ciudad.


Y es que había varias premisas que llevábamos de Madrid:

- No os podéis perder la Plaza Mayor.

- No dejéis de visitar la catedral.

- No podéis dejar para otra visita el buscar la rana en la fachada de la Universidad.

- No debéis venir sin pasear por el puente romano de la ciudad ....

Y la verdad que para casi tres días que hemos estado el tiempo nos ha dado para mucho y las piernas nos han demostrado que siguen estado en forma, porque a pesar de tener el hotel cerca del caso de la ciudad las caminatas y el disfrute ha merecido la pena al cansancio con el que llegué.

Bueno lo primero que hicimos nada más llegar al casco y visitar la casa de las conchas, fue que decidí que había llegado el momento de llevar mi frikismo de las fotos al límite, y es que sí rinconer@s nos compramos el famoso palo de los selfies y ni os cuento como nos lo hemos pasado con él :)


Pero creo que antes de esto os debería decir la impresión que me causo al ir bajando al casco, la vista de las dos catedrales que tiene Salamanca: la antigua y la moderna. Creo que esas vistas infinitas de los ojos te hacen darte cuenta de la cantidad de historia, cultura y arte que posee esa ciudad castellano leonesa.


Y es que da igual en que parte te pongas, alzas la vista y ves esa cúpula colosal y señorial, y aunque os debo reconocer que el arte eclesiástico no es lo mío, al César lo que es del César y la catedral es algo grandioso. Yo que entré con mi chico a verla me sorprendió mucho la parte que la denominan "la parte antigua" quizás porque a mi siempre el románico me ha gustado más que la recarga y el exceso de elementos del gótico. Y es que en cosas de catedrales soy muy particular y para mi, menos siempre es más.

Con esto no digo que "la catedral nueva" no me haya gustado sino que ya está más recargada, con excesivos elementos ornamentales y a mi tanto en mi vida como en mis gustos la sencillez es una premisa.


Pero es que no solo es la catedral sino cada rincón de esa parte del casco con rincones dignos de pasear por sus calles y que los ojos se detengan a observar cada detalle de cada piedra o edificación.

A mi particularmente lo que me encanta es intentar de alguna manera trasladarme a la época de edificación de esas majestuosidades y mi admiración va increchendo, y es que los medios no son los mismos, por eso me lleva a dejarme con la boca abierta, eso sí de que manera tan grande la religión católica es capaz de influir en las contrucciones de una ciudad.

Un punto negativo se lo voy a poner a la visita a la catedral que te la dividen en dos, con lo que se supone pagar dos veces: una para ver las catedrales y otra para subir a las altísimas torres de la catedral para ver sus adentros y las vistas desde ellas.

¿No es suficiente pagar una vez?

Vamos que me ha encantado todo:

- El respeto por la cultura y el arte de la ciudad.

- La vida que se respira dentro de ella, porque si por algo está marcada esta ciudad es por que su población es en su mayoría jóvenes.

- El Huerto de Calisto y Medibea, donde las vistas son una pasada y sientes como cuando visitas la muralla de Ávila que el mundo es grande y todavía hay tantos y tantos sitios que visitar y ver....


- El puente romano, donde puedes pasear y ver las vistas ya no solo del río que mi siempre me suelen gustar y tranquilizar mucho sino las preciosas postales que detrás de ti se quedan. Con ese casco en lo alto de un pedestal.


Eso, sí os digo a mi me costó encontrar a la rana de la portada de la Universidad mucho tiempo, y es que mi manía de ir sin gafas muchas veces roza la absurdez.

Y es que creo que tener la suerte de estudiar entre paredes tan bonitas y tan llenas de historia debe ser algo inolvidable.


Además que se come de muerte!!! nosotros tuvimos la suerte de comer en la terracita de un restaurante con un sol hermoso y cálido, unos entrecot entre pecho y espalda que nos hizo deleitarnos hasta límites culinarios insospechados.

Vamos que como podéis intuir por el título del post he adorado Salamanca y es una de esas ciudades que queda apuntada en la agenda para volver a visitarla.

También os digo que visitar cualquier sitio al lado de la persona que quieres es una delicia, porque no hay postal de este mundo que yo no quiera ver con él.


Y para despedirme de vosotr@s os dejo algunas fotos de esta encantada y preciosa ciudad.







Ah!!! y se me olvidaba y eso de que haya un astronauta en la portada de la catedral????



Besos rinconer@s y hasta mañana :) :) :) :) :)

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