jueves, 23 de octubre de 2014

Adaptación teatral de una película muy hermosa: El hijo de la novia.

Creo no haber exagerado en el titulo de este post porque creo que somos muchos los que cuando vimos la película El hijo de la novia del oscarizado Campanella, caímos sin remedio en su cine, en sus películas y en los tremendos y sinceros ojos azules del señor Darín, que son en mi opinión de los más auténticos y de los que más transmiten en este cine nuestro de hoy en día.


Bueno pues hace unos meses preparando espacios para este blog, porque os prometo que para mi es una devoción, una pasión, estar al día de casi todas las novedades teatrales, cinematográficas, culturales... que sucedan en nuestro país y en concreto en Madrid, descubrí que se iba a llevar a escena la adaptación teatral de El hijo de la novia, es decir, que los que nos enamoramos de la cinta la podríamos disfrutar en vivo y en directo sobre las tablas de las realidades más reales (y por perdón por la rebundacia) del mundo, el teatro.


Y es que en esta adaptación pega muy fuerte el reparto que va desde Tina Saiz, Juanjo Arterio, Ávaro de Luna, Sara Cozar y Mikel Laskurain... pero lo que para mi además tiene un doble encanto especial el hecho de que se representé en un teatro que me encanta y que siempre he disfrutado cuando he estado en él: Teatro Bellas Artes de Madrid, el de al lado del Círculo de Bellas Artes.


Esta obra nos relata la historia de Rafael que no esta conforme con la vida que lleva, no puede conectar con sus cosas ni con la gente, nunca tiene tiempo, se aferra al zapping televisivo y se consuela con viejos capítulos de su serie preferida "El Zorro".

Rafael inmerso en una terrible crisis económica y de valores, dedica 24 horas al día a sacar adelante el restaurante fundado por su padre.

Está divorciado, ve muy poco a su hija, no tiene amigos y elude comprometerse con su novia. Además desde hace mucho tiempo no visita a su madre, internada en un geriátrico con Alzheimer.

Por todo ello, Rafael siente que no alcanza las expectativas de nada ni de nadie y ya sólo aspira a que le dejen en paz. Pero una serie de acontecimientos inesperados le desequilibra.

La historia de amor de sus padres y la aparición de su amigo, cosas ambas que en principio vive como en problema, acabarán siendo el revulsivo para volver a hacerse con el timón de su vida.


Esta obra es una de esas historias de amor que no pasa el tiempo por ella, porque la memoria es un juguete que nos puede hacer pasar malos momentos ya no solo a quien la pierde sino a los que quieren esa persona, y ver una luz de felicidad en esa cara sin historia es un hito para celebrarlo, aunque ello conlleve traicionar sentimientos, tus propios valores.

Y es que esta historia de amor va mucho más allá del amor por la pareja o por alguien que estuvo en tu vida, va del amor filial uno de los más grandes, porque por propia experiencia os digo que da igual que esa persona que quieres padezca alzheimer y no se acuerde de ti, porque tú te acuerdas de ella por los dos.

Y eso me pasa a mi cada día con mi yaya, que aunque gracias a la vida y son todavía entenderlo después de muchos años desde que lo padece, me conoce, y para mi es una fiesta; el hacer su vida más cómoda y feliz es una prioridad y de l que me siento muy orgullosa, porque os diré que no hay ojos más sinceros que los de mi Mundi, azules, transparentes, llenos de amor e inocencia.

Pero bueno rinconer@s que me lió, solo deciros que esta obra estará en cartel hasta el 2 de noviembre, así que si os lo podéis permitir no os lo penséis.

Besos y hasta mañana :) :) :) :) :)

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