Quizás esta película me haya llegado más porque veo reflejada en ella a mi abuela, que padece alzheimer desde hace ya bastantes años y es que es una enfermedad muy difícil ya no solo para quién la padece porque no quiero ni imaginarme lo que debe ser no acordarse de la gente que quieres, sino para quienes están con ellas/os porque es duro ver consumirse a alguien a quien quieres como una padre o un padre.
Así que antes de nada dejadme mandar un beso a quienes como mi madre entregan sus vidas a sus seres queridos con el único objetivo de hacerles la vida más fácil, de verdad que si el cielo como dice la iglesia existe mi madre tendrá un sitio privilegiado allí, mientras tanto tu hija Maribel te adora y admira por cómo eres y por lo qué haces.
Pero bueno vayamos a la película, que antes de nada deciros que está basada en un cómic que ganó el Premio Nacional de éste género en el año 2008.
Emilio y Miguel, dos ancianos recluídos en un geriátrico dónde se hacen amigos.
Emilio, padece un principio de alzheimer y con la ayuda de Miguel y los otros compañeros que tratarán de evitar que vaya a parar a la planta de desahuciados.
Su disparatado plan tiñe de humor y ternura el tedioso día a día de la residencia, pues para ellos acaba de empezar una nueva vida.
Es una película tan dulce, tan tierna, tan directa, sin adornos pero sin dramatismos, porque ya bastante es la vida en sí... que hace que verla te remueva el corazón y te sientas en el pellejo tanto de los abuelillos que están ahí como de los hijos/as que sólo buscan lo mejor para sus padres llevándolos a ese centro, porque es muy difícil cuidar a una persona que padece la que es para mi una de las enfermedades más crueles que te puede mandar la vida, porque ya él que le cuida se consume más que el enfermo.
Llena de momentos de humor y ternura, os declaró que es una de las películas más hermosas que he visto relacionadas con el alzheimer, además de que consiguió dos premios Goya: a la mejor película de animación y al mejor guión adaptado.
Si no la habéis visto os invitó a hacerlo porque son 80 minutos de dulzura, ternura y una verdad cruel que aunque sin maquillajes nos la muestran desde el punto de vista de quién la padecen y de las personas más cercanas.
Me vais a permitir que antes de deciros adiós, le diga a mi abuela que sus ojos cuando me miran es el momento vital más bonito que me puede pasar, porque su transparencia y su amor pese a los estragos de su memoria es una de las cosas más verdaderas de mi vida.
Bueno rinconeros/as, os dejo pero solo hasta mañana, pero con el deseo de que disfrutéis de vuestros abuelas y abuelas porque esos recuerdos siempre se quedan marcados con amor en el corazón y yo tengo tantos y tan bonitos de mi abuelo y de mi preciosa abuela...
Y adelantaros que para mañana más teatro en Madrid....
:)
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