He tenido un verano un poco atascado en cuánto a lectura se refiere y no por no leer sino que ha habido muchos momentos en los que antes estaba deseando leer y no me sentía bien para hacerlo... y es que para los que los estéis viviendo sabéis que duro es buscar trabajo y no encontrarlo y últimamente me está siendo muy difícil el día a día porque se me hace triste saber que podría trabajar y no hay trabajo...
... en fin que me lió, en uno de estos tristes días mi chico se enteró de que George Clooney estrenaba nueva película en la que era director y protagonista a finales de año y era de un libro que a él le encantó y aunque en gustos de libros no nos parecemos mucho al contarme de lo que iba no pide evitarlo y caí, y me he leído The Monuments Men, un libro lleno de chicha como yo digo que me encanta y lleno de historia que es algo que me apasiona.
Los estrategas militares afirman que cuando una guerra se vuelve tan cruenta que envuelve a la población civil, todas las ayudas con bienvenidas.
Sabíamos que muchas mujeres dieron los mejores años de su vida en los hospitales de campaña, o que los profesores de Oxford pudieron su dominio de las lenguas extrajeras al servicio de la patria.
Pero apenas sabíamos nada acerca de un grupo de hombres y mujeres que en época de paz se dedicaban al arte, y que sintieron que podían servir a sus países protegiendo el legado histórico de Europa.
Estos hombres y mujeres, en un número superior a trescientos voluntarios de trece países distintos, dieron cuerpo, como una prolongación de sus carreras civiles, a los Monuments Men; una brigada única consagrada a mitigar los daños que durante los combates de tierra y los bombardeos habían padecido las iglesias, las estatuas y los museos.
También se dedicaron a frustar robos y saqueros, escondieron valiosas obras de arte de las rapiñas de los cazadores de recompensas y de los saqueadores a las órdenes de Adolf Hitler, quien, entre sus delirios megalomaníacos, pretendía construir el museo de arte más grande del mundo. Robert M. Edsel reconstruye mediante cartas, informes y fotografías la historia de unos hombres que con sus valientes actos en Londrés, en París y en Alemania, salvaron cientos de obras de arte y evitaron un desastre cultural.
Que vergüenza me da no haber caído nunca en que en una guerra las obras de arte es el saquero y el tesoro más importante que poderle quitar al contrario, y que si esto encima vienen de mano de un ser como Hitler que demostró no tener sensibilidad y humanidad, no se que de que me extraña y sorprende las muchas cosas que me he leído y he aprendido en este libro... porque de verdad la lectura es un acto de aprendizaje enorme.
Pensar en ese saqueo, en dónde tenían escondidas las obras de Rembrandt, Van Gogh, Goya, Renoir... a mi particularmente me pone los pelos de punta porque me parece tan fuere haber podido perder toda la cultura mundial por unos cuántos avariciosos y sanguinarios personajes.
Y lo peor de todo pensar en cuáles destruyeron para que no cayeran de nuevo en manos de sus dueños... espeluznante.
Creo que es una nueva forma e histórica forma de ver la segunda guerra mundial que puede gustaros y que además nos va a hacer pasar buenos e históricos momentos, porque gracias a la labor y el duro durísimo trabajo de ese colectivo que trabajaba sin descanso podemos disfrutar en los museos del mundo de esas rescatadas obras.
Bueno rinconeros espero haberos animado a leer y esperemos que la futura e inminente película no defraude a este gran libro.
Besos y hasta mañana....
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