Estos meses que estoy viviendo desde que comencé el ciclo, sin duda además de ser los más estresantes están siendo los más bonitos y significativos de mucho tiempo, porque estoy aprendiendo y viviendo cosas bonitas y duras pero que para mi llena el espacio que dejo el teatro en mi vida.
Uno de los trabajos más gratificantes ha sido el que hemos hecho unos compisy yo sobre la prostitución, un colectivo muy señalado y victimizado, porque nadie pone en duda que haya que luchar contra la trata porque es un delito que va contra los derechos humanos, pero y si la mujer un hombre lo hace por propia voluntad????
Pues al caso de esto viene el último libro que me he leído, 11 Minutos.
María es una chica de un pueblo al norte de Brasil, donde todavía adolescente viaja a Río de Janeiro en donde conoce a un empresario que le ofrece un buen trabajo en Ginebra.
Allí, María sueña con encontrar fama y fortuna, pero acabará ejerciendo la prostitución.
El aprendizaje que extraerá de sus duras experiencias modificará para siempre su actitud antes sí misma y ante la vida.
Os voy a ser sincera es un libro que empezó muy fuerte creando en mi unas ganas terribles de seguir leyendo, pero a medida que la historia avanzaba para mi gusto se iba deshinchando, otra cosa a parte es la historia de María, que me parece que la cuenta con una naturalidad y sin victimizarse porque al fin de al cabo no la ejerce por presiones ni por obligación.
Aunque finalmente se dará cuenta que se ha hecho esclava no del sexo sino del dinero fácil y quizás (eso no os lo voy a decir) el amor le abra otra puerta y otros sentimientos que nunca habría descubierto.
Y recibe el nombre de 11 Minutos porque es lo que dicen que dura el coito entre un hombre y una mujer, unos 11 minutos que para unos son la gloria pero que para otros pueden ser una verdadera tortura.
Nunca me había leído nada de Paulo Coelho, pero la verdad es que escribe de una forma clara y adictiva, es lo recomiendo porque puede que os haga ver la prostitución desde otro punto de vista y que no siempre la gente que la ejerce son víctimas.
No puedo decir adiós sin dar las gracias a las dos asociaciones que nos ayudaron con el trabajo y a ver este mundo desde otro objetivo no tan estrecho que son el Coletivo Hetaira y la Fundación Triángulo, gracias a las dos porque vuestras entrevistas han sido una de las mejores experiencias de este año.
Pasar muy buen fin de semana, abrigaros del frío que nos inunda y disfrutarlo mucho al lado de gente que queréis y os quiere.
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