sábado, 30 de abril de 2011
Se fue la sonrisa y el talento del cine español
El lunes por la noche nos dejo la grandísima actriz María Isbert y este rincón no podía dejar de hacerla un pequeño homenaje, quizás a una de las grandes causantes de que sonriéramos en el cine, en el teatro o la televisión.
Esta actriz madrileña, era hija de Pepe Isbert (total nada) y a pesar de la oposición de su padre a que se dedicará a la interpretación, lo consiguió y debutó en el teatro junto a su padre en 1939 con Nuestra Natacha. Y no fue hasta 1944 cuando debutó en el cine con la película La vida empieza a la medianoche.
Especializada en la difícil tarea de cómica, nos quedan títulos tan buenos como: La Lola se va a los puertos, Botón de ancla, El cochecito, Un rayo de luz, La gran familia, Pluma al viento, El arte de no casarse, Cómo está el servicio, Las marginadas, Envejece conmigo...
El último regalo que nos dejo fue en el año 2003 sobre las tablas con El cianuro ¿solo o con leche?
Es una gran pérdida para su familia, para los amantes del cine y del teatro y en definitiva para mucha gente que nos hemos criado viendo sus películas y disfrutando de hacernos reír algo que parece fácil pero que en el fondo no lo es, es un arte pero ella en eso, era un genio, una experta.
Y pese a la tristeza que ha supuesto su partida, siempre podremos tenerla cerca cuando veamos uno de sus trabajos y riamos, porque estoy segura que ella desde allí arriba lo verá y sentirá el cariño y el respeto que nos imponía esta gran señora.
Hasta siempre María
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