De nuevo me vuelvo a sentar para compartir una obra que se está llevando a las tablas en el Pavón Kamikaze, un espacio que espero gracias a mi sueldo de este mes poder visitar en breve.
Y hablando de este Teatro ha sido premiado con el Premio Nacional de Teatro por su valentía... Y con los tiempos que corren vaya si hay valentía y osadía... pero también amor y compromiso con su oficio.
En un reparto con caras y nombres como Israel Elejalde, María Morales, Jesús Noguera y Fernanda Orazi, nos encontramos esta historia de cuatro amigos -dos parejas- se citan para ensayar una nueva obra. Trabajan juntos desde hace tiempo, tienen un pasado lleno de vivencias y de deseos que les une, les confiere a su identidad.
Son un grupo, ¨una estructura¨, una familia que se ha elegido a sí misma. Pero este pequeño grupo explota inexorablemente ante nosotros. El primero en tomar la palabra activará una máquina implacable que nos asoma a todos los abismos por los que caemos de forma cotidiana.
En el centro de la obra están el ser humano, el artista mezclados, desnudos.
El director, Rambert, es un reflejo agudo y mordaz de la vida, de las complejas relaciones humanas entre hombres, mujeres, amigos, amores y compañeros de trabajo. Todo ello crea un efecto de distancia y catarsis que arranca la risa del espectador gracias a los desfases inesperados y a los bruscos cambios de dirección.
Yo no se a vosotros y vosotras, pero a mi esta obra me llama la atención de forma poderosa, veremos si mi sueldo y las cosillas que siempre hay que pagar me permiten ir a verla, de momento solo deciros que si vais por favor comentadme que os ha parecido, cuáles han sido vuestras sensaciones e impresiones.
Me despido de vosotr@s pero solo hasta mañana donde el Campamento La Brújula llenará el espacio dedicado a os estrenos de cine de los viernes.
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