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jueves, 27 de abril de 2017

Tennesse Williams siempre será el gran baluarte sobre las tablas: Una gata sobre el tejado de zinc caliente

Uno de los grandes aprendizajes que me llevó de mi época estudiantil de teatro es el haber abierto mi mente a libros y autores que quizás por pereza o desconocimiento no conocía o no había tenido la oportunidad de leer.

Bueno también la búsqueda incesante de una revista (la persona si me le sabe perfectamente que lo estoy diciendo por él)!!!!

Y vaya descubrimiento fue Tennessee Williams y su teatro para mi, os prometo que nada en las lecturas teatrales ha vuelto a ser lo mismo desde que  puse en mis manos con El análisis perfecto dado por un loro, y esa se sumaron El zoo de cristal, De repente el último verano, Un tranvía llamado deseo, Veintisiete vagones de algodón... Un suma y sigue de obras que me han enriquecido como ser humano y es que gracias a esas historias desgarradoras, esos personajes límites para bien y para mal, y a ese trasfondo triste y hasta autobiográfico que tienen muchas de sus obras.


No es ningún secreto que de la obra que me siento a hablaros hoy hay una película americana y perdonarme por la palabra cojonuda, que interpretó mi amado Paul Newman y la gata Elizabeth Taylor. Pero es que casi todas sus obras de mayor o menor extensión han pasado tanto por la gran pantalla como sobre las tablas de un bendito teatro.


El sábado pasado y gracias al regalo de cumple de mi chico tuve la suerte de ir a la sesión de las nueve de la noche al Teatro Reina Victoria de Madrid, para poder ver esta obra de teatro La gata sobre el tejado de zinc caliente en donde la boca casi se me desencaja al poder ver en directo a uno de los actores más brillantes de nuestro país, Juan Diego.


Una obra que nos hace reflexionar sobre la muerte, la ambición, el sexo, la opresión...

En el 70 cumpleaños de un abuelo adinerado se reúne a su familia en una especia de fiesta. Sin embargo, los problemas con el alcohol de uno de sus hijos y el ansía desmedida del otro por ser beneficiario de la herencia, ensombrecerán la celebración.

Por no hablar de la clave figura de Maggie, una nuera dispuesta a arañar a quien haga falta para lograr su propósito, pero ¿Cuál? ¿El dinero o su marido?

Con una escenografía muy hermosa e inclusive victoriana y parca, capta muy bien la esencia de cada escena del libro, vemos esos diálogos tremendos y llenos de dolor, el calor que viven sus personajes ya no solo físico sino mental y yo tuve la suerte de vivirlo en mi butaca del primer anfiteatro.


Se transmite la crueldad de las palabras, la envidia de algunos personajes, la inocencia o falsa verdad que viven otros u otras, como el alcoholismo puede destrozar la vida y la mente de una persona, la sexualidad de la gata, como al fin de al cabo son animales encerrados en la misma jaula (como me gusta esa frase por favor).

Una de las cosas más importantes que me ocurrió fue como me olvide de la película, y como en ningún momento recordé al gran Newman sino que Eloy Azorín demuestra su madurez interpretativa en un papel nada fácil y con muchos tapices y estado de ánimo que transmite al espectador del teatro. Eso sí para dejar a parte es Juan Diego, porque con su aparición todo es luz, porque bajo la crueldad de sus actos y palabras vemos un actor muy curtido y que yo todavía a día de hoy sigo flipando de haberlo podido disfrutar en escena.


Eso sí si os debo ser sincera quien al principio me transmitió mucho nerviosismo fue el personaje de Maggie interpretado por Begoña Maestre, quien a medida que fue pasando los minutos conseguí ver en ese papel de gata salvaje, luchadora, sexual y nada diplomática, aunque siento decirlo Elizabeth Taylor lo hacia tan bien...

¿Qué si me gusto? Muchísimo.
¿Que si la recomendaría? Por supuesto porque ver una obra de Williams siempre es un acierto por los tema que trata, por cómo los trata y por cómo esos diálogos punzantes te traspasan el hígado.

Gracias a mi chico por haber cumplido mi deseo de ver esta obra, hombre también debería ser sincera y admitir que me había puesto muy pesada en ir a verla, siempre es un gusto y un placer compartir tu vida con alguien que comparte tus pasiones y aficiones cerquita de ti sin prejuicios y con mucho amor.


Lo bueno es que esta semana me espera más teatro, gracias a mi amiga Lorena y Diego, que me han comprado entradas para ver una obra de alguien llamado Lorca.... ganitas que de que llegué el sábado, ya os contaré !!!

Muchos besos rinconer@s  mañana nos vemos con más y espero que mejor 
:) :) :) :) :)

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