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lunes, 16 de enero de 2017

Torremolinos 73: cuando la necesidad aprieta bueno es el porno.


Como os comenté la semana pasada gracias a wuaki.tv, estamos viendo mi chico y yo películas de forma gratuita y sin pirateo de por en medio.

Yo no se vosotr@s, pero si si yo oigo el nombre de Javier Cámara y Candela Peña en una misma película a mi la boca se me hace agua, y la película de la que me siento a hablaros hoy lunes tenía muchas ganas de verla desde hacia bastante años, Torremolinos 73. Una película donde el polvo del butanero está más vivo que nunca y porque no decirlo, vaya culito más golosillo que se marca Javier Cámara.

Pero hay más que sexo, polvos, culos y tetas en esta ópera prima del director Pablo Berger, se entreven unos años 70 turbulentos, en donde los cambios sociales iban más rápido que los políticos que estaban por llegar.


La película está ambientada en la España de los años 70. Alfredo López esta casado con Carmen, peluquera y esposa fiel. Cuando empieza a irle mal su trabajo de vendedor de enciclopedias a domicilio, se les presenta la oportunidad de ganar dinero haciendo películas eróticas en Super 8, que se exportarán a los países escandinavos bajo la forma de una falsa enciclopedia sobre la reproducción sexual en el mundo.

Varias preguntas surgen una vez vista la película:

¿El fin justifica los medios?

¿Qué tiene de malo ganarse la vida haciendo porno?

¿Todo vale por ser madre?

¿Por qué la mujer siempre cargamos con el rol de tener que ser madres y si no lo somos, por qué cargamos con la culpa?

Con un humor e ironía muy fina, la película pone en cuestión la moralidad de la época, empezando a ver atisbos de lo que seria el gran cine del destape español, en donde los españoles y españolas pasamos de vivir encerrados en casa a ver aparatos reproductivos por todos los lados donde se posaban nuestros ojos.

La película en mi opinión de dos temas primordiales:

1. Como la falta de dinero o trabajo nos puede llevara campos donde jamas sospechamos.
2. La falta de sinceridad en la pareja.


Lo mejor de la película además de Cámara y Peña que basan sus cercanos y entrañables personajes en esa química y esa pareja que forman, es ese tono afín al cine de al época porque parece que estamos viendo un formato de cine de los 70 y como ya el director Pablo Berger (Blancanieves) ya nos mostraba su amor por el cine mudo, por las caras, por lo que estas transmiten.

Además de una fotografía encuadrada que muestra y sugiere no enseña de más ni nos empacha de sexo fiero.

Eso sí por ponerle un gran pero, es el final, que desde que conocemos una de las grandes verdades de la cinta, se veía previsible y esperable.

¿Os la recomendaría? Pues sin dudarlo, porque es dinámica, rápida y divertida, pero lo mejor es ver esos polvazos detrás de la cámara de Super 8: El butanero, la enfermera...

Espero que hayais disfrutado del fin de semana rinconer@s, yo lo he vivido con libros, películas (que ya os contaré) y libros....

Hasta mañana :) :) :) :) :)

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