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miércoles, 2 de noviembre de 2016

Dureza no escondida, siniestra, sudorosa, angustiosa, una película de culto... Que Dios nos perdone

Cuando se hace una primera película con muy poco presupuesto, sino recuerdo mal alrededor de los 60.000 euros y el resultado es brutal, la segunda cinta es todo un reto, más cuando cambias totalmente de género y metes un thriller tan brillante como angustioso.

Ese es el caso del director español Rodrigo Sorogoyen, que ya andaba curtido en series nacionales, pero que el viernes pasado presentó al público su segunda, y en mi opinión ansiada película, Que Dios nos perdone.


Una película que desde comienza no se esconde, no se tapa, no busca artificios, lo que vamos a ver es duro, pero la trama, cómo transcurre, cómo se interpreta, es una obra de arte.

Yo tuve la oportunidad el jueves pasado de ir a verla a un pre estreno en los cines Kinépolis de Madrid y la verdad es que la angustia que me persiguió durante las casi dos horas, mereció la pena por lo que estábamos viendo, sencillamente muy real.



Está ambientada en Madrid, en el verano de 2011. Con el telón de fondo de la crisis económica, el Movimiento del 15M y millón y medio de peregrinos que esperan la llegada del Papa conviven en un Madrid más caluroso, violento y caótico que nunca. En este contexto, los inspectores de policía Alfaro y Velarde deben encontrar al que parece ser un asesino en serie cuanto antes y sin hacer ruido. Esta caza contrarreloj les hará darse cuenta de algo que nunca habían pensado: "ninguno de los dos es tan diferentes al asesino".

Había cometido el tremendo error de leer la sinopsis de la película antes de ir, pero todo es mucho más fuerte, más abrupto, más bruto, más cruel en ella. 

En el post de hoy os comentó que es una película de culto, es que después de madurarla varios días, de verás que lo creo, el género policíaco en España es poco habitual, pero joe cuando se ponen nos hacen películas como ésta, que nos hace tener durante todo su desarrollo con el corazón en el puño, primero por la búsqueda del asesino y a la par por cómo son las vidas de los protagonistas o lo que se entrevé de ellas, lo que se nos deja ver y lo que podemos intuir.

Hay varios motivos que hacen de ella una genialidad:

- Sus planos, su rapidez con la cámara, ese detenimiento en detalles y escenas que por lo menos a mi me hicieron sentir verdadero miedo.
- Una historia muy bien compactada, muy bien guionizada muy bien narrada. Nada en ella sobra, ni nada en ella falta.
- Un trabajo pulcro en el montaje. Y esto me gustaría resaltarlo porque es una tarea difícil, un mal montaje destroza una película, pero éste es delicado e hilvanado como una aguja.
-Un trabajo actoral y me vais a perdonar, bestial, muy fuerte. Con un Antonio de la Torre en estado de gracia y un Roberto Álamo increíblemente fuerte delante de cámara. Pero es imposible que no resalté el trabajo de actor de Javier Pereira. 
Fue una sorpresa verle en la cinta y de verás que su trabajo tanto físico, como de contención, como emocional, creo que en breve se verá recompensado.
- Una dirección fina, con una mano muy ancha de tener claro lo que quiere enseñar y cómo.


La sensación cuando salí de ver la película tuve un gustor de boca tan grande como el sudor que me corría por la espalda durante varias escenas de la película. 

Es un thriller tan brillante y angustioso como anómalo.

¿La habéis visto? ¿Qué os ha parecido? Yo no me queda ora que recomendarla porque es de esas películas que hay que ver para saber lo que es el buen cine y el buen hacer.

¿Nos vemos en el cine rinconer@s? Porque vamos yo volverá a verla sin dudarlo. 

:) :) :) :) :)

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