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domingo, 1 de mayo de 2016

Ella reflejo en el espejo lo que otr@s querían ver de ella: Reina Juana

"Juana de Castilla. Un personaje que, de haberlo conocido Shakespeare, sería sin duda la protagonista de una de sus grandes tragedias. Una mujer, una reina destrozada emocionalmente por sus grandes contradicciones, por su rebeldía, por su fuerte personalidad y por un enorme desequilibrio afectivo que cristaliza en ese paseo por el amor y la muerte que es su matrimonio con Felipe de Habsburgo.

La leyenda y el morbo enfermizo acumulado durante años alrededor de su personaje, han sido inspiración para obras de teatro, series de televisión y películas. Pero yo siempre eché en falta un tratamiento más profundo y justo con tan extraordinario personaje. A través de Juana se responden a todas las grandes preguntas de una época marcada por la intolerancia religiosa, la corrupción política y la ambición desmesurada de una monarquía absolutista cuyos ecos, por desgracia, aún resuenan en nuestros días"

Leyendo este programa según me senté ayer por la noche tuve la oportunidad que llevaba meses esperando desde que haya a mediados de febrero de este año nos hicimos m chico y yo con las entradas para ir a ver Reina Juana. Un excepcional monólogo del personaje al que le da mucho más que vida, la que es para mi una de las grandes señoras del teatro español, Doña Concha Velasco.


Un animal escénico sobre las tablas que nos regala una Juana nada de loca, pero llena de pasión, ternura, carácter, amor, desenfreno, recuerdos y sueños que la hicieron llevar una vida intensa en los primeros años pero atroz en los últimos 46 de vida donde se la mantuvo encerrada en un castillo de Tordesillas, abandonada a su "locura", pero con una realidad y es que ella y nada más que ella era la reina de Castilla, una reina que nunca gobernó y que las rivalidades entre hombres la llevaron a un sistema de vida tan asfixiante que lo normal era que hablará sola o se desesperará, porque recuerdo 46 años de encierro hasta que falleció.


Concha Velasco regala a lo que hemos ido y van a ir a verla, un recorrido por la vida de la reina sin corona, sin trono, de la mujer con la que se jugó con su vida con el fin del bien de unas tierras, las de Castilla, a la que nunca se escuchó ni oyó porque se la consideraba incapacitada para vivir sola, independiente...todo ello con un dramatismo, humor, cinismo, locura, sentimentalidad y garra de esa que sale de las tripas que a mi hizo que se me saltaran las lágrimas de ver esa actuación tan fuerte que ayer por la noche esta increíble mujer regalo al Teatro La Abadía.

Creo que Juana, amo, rió, lloró, sobrevivió, se desesperó, se enfermó, chilló, cantó, bailó pero lo que nunca quiso fue formar parte del mundo de los cuerdos, porque éstos si que estaban locos y no ella.

¿Os la recomendaría? Pues vamos sin lugar a dudas, porque es una oportunidad única de disfrutar de esa gran dama del teatro, que pone cara, cuerpo, corazón y emoción a un personaje que la historia ha tratado muy mal, a Juana de Castilla.


Sin duda existen actrices malas, regulares, buenas, muy buenas, y luego está ella, Doña Concha Velasco, que hace del teatro un sitio mágico del que disfrutar y aprender viendo como su entrega te llega a lo más hondo, a las entrañas, dejando a éstas doloridas de tanta belleza y talento.

Porque además en palabras del director de esta obra, Gerardo Vera, "ella es la luz que ilumina las partes más oscuras y dolorosas de un personaje que parece hecho a su medida".

Besos rinconer@ y felicitando a todas las madres del mundo, en especial a la mía de me despido de vosotr@s pero solo hasta mañana, porque lo más bonito de ayer fue poder disfrutar de ese monólogo, de ese espectáculo visual en la compañía de la mujer que ha hecho mucho más que darme la vida, me ha dado unos valores y ha hecho que el teatro corra por mis venas a la velocidad de la luz. Te quiero mama.



:) :) :) :) :)


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