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jueves, 30 de julio de 2015

Locke: una road movie en la que no se puede quitar el ojo de encima a Tom Hardy

Hace unas semanas me senté en este rincón para hablaros del que es para mi uno de los chicos de oro de la meca del cine, porque sabe alternar grandes taquillazos, con películas a priori de bajo coste pero que no por eso son de baja calidad sino todo lo contrario.


Para hoy jueves quiero compartir con vosotr@s la road movie que pude ver la semana pasada de Tom Hardy: Locke, en la que él y solamente él lleva el peso de la cinta, de las tramas abiertas que hay en ella y la responsabilidad de que con su cara, sus gestos, su cuerpo y esa voz que tiene penetrante y fuerte no echemos de menos a otro actor en escena.


Ivan Locke es un prestigioso capataz de grandes obras que ha tenido que trabajar muy duro para alcanzar su sueño: llevar una buena vida, con un buen trabajo y una familia que le quiere.

Sin embargo, un día en la víspera de su encargo más importante, recibe una llamada que le empuja a tomar una decisión que quizás (y si me permitir sin quizás) eche toda su vida por tierra. Desde ese momento tendrá que emprender una peligrosa huida a contrarreloj.

Y la verdad que después de leer esta sinopsis y haber visto la película no se si es una huida o un plantarle cara a situación de una forma valiente sabiendo que se puede llevar por delante todo por lo que ha luchado durante toda su vida. Sólo con el objetivo de no ser el "hijo de puta" que le engendró a él.

Y aunque hay momentos en los que te planteas y piensas "vaya tío más cerdo" este tal Ivan Locke, luego a medida que le ves conduciendo, afrontando llamadas difíciles y enfrentando las cosas de cara sino a través de un teléfono móvil dada la premura del asunto que le requiere, siguen pensando este "tío lo que tiene es un valor increíble".


Todos esos sentimientos y emociones que fluyen al volante de su coche en Locke, Tom Hardy de una forma tranquila, sin premuras, sin prisas y dejando fluir a través de su cara y cuerpo lo que le sucede en cada momento, nos regala un monólogo nada aburrido, lleno de "chicha" y con la incógnita de ¿El cemento solo es a lo que él se dedica o es un símbolo del gran peso que se quita con la verdad?

¿Os la recomendaría? Pues sin lugar a dudas que sí, porque es una hora y media de corroborar contra menos bulto más claridad, y la claridad de Hardy es algo que traspasa carreteras.

Pero claro como sabéis a mi me encanta este actor inglés.

Besos rinconer@s y hasta mañana viernes :) :) :) :) :)

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