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domingo, 10 de mayo de 2015

Magical Girl: rara, inquieta, con tildes frikis, pero con belleza difícil de no percibir.

No ha sido hasta el pasado lunes cuando por fin me senté a ver la que decían ha sido una de las mejores películas españolas de la historia de nuestro cine, y es que lo que consigue Carlos Vermut con pocas palabras y mucha contención es algo brillante, tanto como la varita del videojuego Magical Girl Yukiko.


Como dice el cartel de Magical Girl hay que tener cuidado con lo que se desea, porque puede pasar que esos deseos lleven a momentos indescriptibles que pueden llegar a costar la vida.

Luis, es profesor de literatura en paro, trata de hacer realidad el último deseo de su hija Alicia, una niña de 12 años enferma de cáncer terminal: tener el vestido oficial de la serie japonesa de dibujos animados "Magical Girl, Yukiko". El elevado precio del vestido llevará a Luis a encontrar el dinero de forma desesperada cuando conoce a Bárbara, una atractiva joven casada que sufre trastornos mentales, a su vez relacionada con Damián, un profesor retirado con un tormentoso pasado. Los tres quedarán atrapados en la oscura red de chantajes en laque el instinto y la razón entrarán en conflicto.


La rareza de la película y su exquisito gusto porque imaginemos cosas o darlas a intuir que es todavía más emocionante, se complementa con un trío de ases: Bárbara Lennie y su impasividad en el rostro; Luis Bermejo y su forma de conseguir llevar a buen término los sueños de su hija; y un José Sacristán que está para envolverlo, porque ver a ese hombre de esa edad y como se deja manipular para llegar a hacer cosas que no quiere pero que no puede evitar si una determinada persona se lo pide es de lo más impactante de la cinta.


No me quiero olvidar de la niña, Lucía Pallón, que hace de un papel complicado algo dulce y delicado, como el traje que tanto anhela tener.

No os puedo engañar si os digo que ha sido la mejor película que he visto, porque durante mucho rato pensé "pero esto que es", pero a medida que pasa el tiempo y ves como el director juega con dejar intuir, fui viendo que era una lenta pero deliciosa cinta.

Porque las caras, la expresión corporal, el manejo de la pasividad y la ansiedad mediante rostros impertérritos es brillante.

No se si será la mejor película de nuestro cine, pero si se que con ella se marca un antes y un después muy importante.

Besos rinconer@s y deseo que hayáis disfrutado del fin de semana tanto como yo.

Hasta mañana :) :) :) :):)

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