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martes, 16 de abril de 2013

Canción de otoño en primavera: Ruben Darío

Hoy en este nuevo espacio de poesía, me gustaría dejaros los versos del poeta nicaragüense y conocido como el príncipe de las letras castellanas, Ruben Darío, que os debo admitir que los versos que he tenido el gusto de leer me han enamorado, a ver si os gusta éstos que os dejo hoy por aquí.






Juventud, divino tesoro,
!ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloró...
y a veces lloro sin querer.

Plural ha sido la celeste
historia de mi corazón.
Era una dulce niña, en este
mundo de duelo y aflicción.

Miraba como el alba pura;
sonreía como una flor.
Era su cabellera oscura
hecha de noche y de dolor.

Yo era tímido como un niño.
Ella, naturalmente, fue,
para mi amor hecho de armiño,
Herodías y Salomé.

Juventud, divino tesoro,
!ya te vas para no volver!
Cuando quiero, no lloro...
y a veces lloro sin querer.

Y más consoladora y más
halagadora y expresiva,
la otra fue más sensitiva
cuál no pensé encontrar jamás.

Pues a su continua ternura
una pasión violenta unía.
En un peplo de gasa pura
una bacante se envolvía.

En sus brazos tomó mi ensueño
y lo arrulló como a un bebé...
Y le mató, triste y pequeño,
falta de luz, falta de fe...

Juventud, divino tesoro,
!te fuiste para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro
y a veces lloro sin querer.

Otro juzgó que era mi boca
el estuche de su pasión;
y que me roería, loca,
con sus dientes el corazón.

Poniendo en un amor de exceso
la mina de su voluntad,
mientras eran abrazo y beso
síntesis de eternidad.

Y de nuevo carne ligera
imaginar siempre un Edén,
sin pensar que la Primavera
y la carne acaban también.

Juventud, divino tesoro,
!ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro
y a veces lloro sin querer.

!Y las demás! En tantos climas,
en tantas tierras siempre son,
si no pretextos de mis rimas
fantasmas de mi corazón.

En vano busqué a la princesa
que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa.
!Ya no hay princesa que contar!

Mas a pesar del tiempo terco,
mi sed de amor no tiene fin;
con el cabello gris, me acerco
a los rosales del jardín.

Juventud, divino tesoro,
!ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro
y a veces lloro sin querer.
Más es mía el Alba de Oro.


Deseo que os gusté, feliz miércoles y mañana nos vemos en el mismo rincón, pero no aseguró ala misma hora........ besos.....

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